Una mujer de 38 años perdió la vida la noche del miércoles en Castalla al ser atropellada por su propia furgoneta, de la que acababa de bajarse y mientras intentaba detenerla porque se iba marcha atrás, según confirmaron ayer a este diario fuentes policiales. Aunque la Guardia Civil investiga las causas del siniestro, todo apunta a un fallo del freno de mano, bien por un descuido o bien por una avería. En el interior del vehículo se encontraban los dos hijos de la fallecida, un niño de siete años y un bebé de 17 meses de edad.

Los hechos ocurrieron sobre las 22.45 horas en una zona rural de Castalla cuando la mujer, que era la conductora de la furgoneta, detuvo el vehículo y se apeó del mismo por causas que no han sido determinadas. Las fuentes consultadas por este diario señalaron que en ese momento la furgoneta empezó a irse hacia atrás y que, al parecer, la mujer intentó frenarla desde la parte posterior donde se encontraba. Sin embargo, la furgoneta acabó arrollando a la mujer y aplastando su cabeza con una de las ruedas traseras. La víctima murió en el acto como consecuencia del accidente.

La furgoneta ha quedado precintada por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil a la espera de practicar las pruebas periciales que le requiera el juzgado para determinar la causa del accidente. Todo apunta a que la mujer pudo olvidarse de poner el freno de mano cuando se bajó del vehículo o bien que hubo un fallo en el sistema de frenado, circunstancias que deberá esclarecer ahora la investigación de la Guardia Civil, según precisaron las fuentes consultadas por este diario. El peso del vehículo impidió que la mujer apenas pudiera hacer nada por frenar su avance cuando se le vino encima en cuestión de pocos segundos. Por el momento, la Guardia Civil ha descartado la existencia de circunstancias anómalas en el desarrollo de los hechos y considera que éstos se produjeron de manera fortuita.

Al lugar de los hechos se desplazaron, además de la Guardia Civil, efectivos de la Policía Local de Castalla y del SAMU que formaban parte del dispositivo de seguridad que se había desplegado con motivo de las fiestas en honor a San Roque que se están celebrando en el municipio. Sin embargo, los sanitarios poco pudieron hacer por la vida de la mujer que falleció en el acto dada la gravedad de sus heridas.

El levantamiento del cadáver se produjo sobre la 1.20 horas de la madrugada de ayer, que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Alicante para que le fuera practicada la autopsia. Sin embargo, el informe preliminar del forense que intervino en el levantamiento concluía que se trató de una muerte de carácter accidental, salvo que en la autopsia posterior aparecieran nuevos datos que contradigan este resultado.

Otros siniestros mortales en la provincia por el freno de mano

El accidente ocurrido en Castalla no es el único siniestro mortal registrado en la provincia en los últimos meses a causa del freno de mano. El pasado 28 de enero una mujer murió atropellada por su propio coche en la partida alicantina del Verdegás mientras estaba hablando por teléfono con una amiga y se disponía a entrar en su casa. La mujer con la que estaba hablando avisó a los servicios de emergencia, que no pudieron salvar la vida de la víctima. Asimismo, el 16 de julio del año pasado otro vehículo acabó arrollando a tres personas en un autocine de Mutxamel al precipitarse cuesta abajo después de que a la conductora se le olvidara poner el freno de mano. El coche acabó impactando contra tres miembros de una misma familia que estaban en el recinto viendo la película. Los tres resultaron heridos, pero uno de ellos acabó falleciendo días después en el hospital.