La Audiencia de Alicante ha condenado a 14 años de prisión a un presunto cabecilla de una banda de asaltantes considerada peligrosa y que permanecía en rebeldía, según la sentencia. Este grupo tenía establecido su centro de operaciones en un garaje de la pedanía alicantina de Villafranqueza y el condenado, de 45 años, es de nacionalidad marroquí, según informa Efe.

El fallo considera probado que, entre los meses de junio y agosto de 2008, el acusado participó en un robo frustrado en una discoteca de San Javier (Murcia), donde hirieron de bala a un empleado, y asestó un golpe en una empresa agrícola del municipio murciano de Cieza, junto a otras tres personas de diversas nacionalidades ya condenadas en relación con los mismos hechos. En este asalto usaron un subfusil para realizar numerosos disparos y amedrentar a los trabajadores. Se apoderaron de 180.000 euros del dinero de las nóminas de los trabajadores.

En rebeldía

El ahora condenado había permanecido en situación de rebeldía desde 2013, sin que se conociese su paradero, por lo que no había sido posible que se sometiese a juicio hasta que se produjo su localización y arresto en Italia. Así, la vista oral contra este sospechoso como único acusado pudo celebrarse en tres sesiones, entre mayo y julio de este año.

La resolución judicial le condena por los delitos de intento de robo con violencia y utilización de armas, robo con violencia consumado con empleo de armas, asociación ilícita, depósito de armas de guerra, falsedad en documento oficial y uso ilícito de vehículo de motor ajeno. En concreto, el tribunal concluye que el procesado era uno de los cuatro integrantes de la banda a la vista de la extensa prueba analizada.

Entre ella, la labor de seguimiento y vigilancia a cargo de los agentes, los pinchazos telefónicos de conversaciones entre los miembros de la banda, el material hallado en registros de domicilio practicados en Villafranqueza, incluido el del procesado, y el testimonio tanto de varios de los trabajadores de la discoteca como de la empresa agrícola. La sentencia subraya que «la infraestructura» de la que dispuso este grupo para ejecutar sus golpes fue «muy importante».