Cristian estaba obsesionado con retomar la relación que ella cortó hace un año en Dénia porque sufría malos tratos y ya la había amenazado de muerte si no accedía a ello. Nunca le denunció, pensando que le dejaría en paz, pero la madrugada del pasado miércoles casi le cuesta la vida a ella, de 26 años, y a su madre, de 43. Ambas fueron apuñaladas por Cristian, de 32 años, quien huyó a su domicilio y bebió salfumán para intentar suicidarse. La Policía le detuvo y le trasladó al hospital, donde horas más tarde empeoró a causa de las lesiones irreversibles sufridas por el salfumán y falleció sobre las diez de la mañana de ayer en el centro, donde estaba custodiado por agentes de la Comisaría de Dénia.

La madre continuaba ayer ingresada a causa de la puñalada recibida a escasos milímetros del corazón, mientras que su hija recibió el alta hospitalaria y prestó declaración ante la Policía Nacional de Dénia. En su relato sobre la agresión sufrida en el domicilio familiar, la joven asegura que en la discusión previa al apuñalamiento su exnovio dijo que «me quería muerta», por lo que su madre llamó a la Policía y entonces su ex manifestó que llamara, ya que «no tenía nada que perder».

El ahora fallecido y la joven, que tiene dos hijos de 7 y 9 años fruto de una relación anterior, mantuvieron hace aproximadamente dos años una relación sentimental que duró unos nueve meses. Ahora llevaban un año separados, desde que ella decidió cortar la relación.

La chica ha asegurado a la Policía que durante la relación que mantuvo con Cristian sufrió malos tratos, tanto físicos como psicológicos, pero no llegó a denunciarle. Durante su convivencia en la vivienda de la calle Diana, donde el agresor bebió el salfumán para quitarse la vida, la joven afirma que su entonces compañero sentimental la empujaba cuando se enfadaba y también rompía mobiliario. «Celoso, posesivo y controlador», así calificó la víctima el temperamento de su expareja.

Llamadas y mensajes

La solución de la víctima a estos episodios de malos tratos fue cortar la relación con él, pero este nunca aceptó su decisión. Desde la ruptura, la joven apuñalada asegura que continuamente la estaba molestando con llamadas y mensajes de WhatsApp.

Le pidió en reiteradas ocasiones que retomasen la relación y llegó incluso a amenazarla de muerte porque no tenía nada que perder, según la declaración en sede policial de la víctima. Sin embargo, tampoco denunció estas amenazas de muerte. Confiaba en que su exnovio le dejase en paz, pero no fue así.

La madrugada del pasado miércoles el agresor accedió por una ventana a la vivienda de su expareja cuando no había nadie en el interior y durante varias horas se escondió debajo de la cama de ella.

La chica había salido a cenar con su familia y todos regresaron poco después de la una de la madrugada: la joven y sus dos hijos, un hermano, su madre y una prima. Todos se acostaron y sobre las cuatro y media llegó el sobresalto. La prima se acostó con ella en la misma habitación y tras notar un ruido debajo de la cama la despertó y ambas salieron corriendo hacia el salón.

Despertaron a la madre y apareció tras ellas Cristian. Entonces iniciaron una discusión y la madre intentó echarle bajo la advertencia de llamar a la Policía si no se marchaba de la vivienda. Fue entonces cuando Cristian, según la víctima, le dijo a la madre de su exnovia que no tenía problemas con ella ni con la prima. Quería hablar con su expareja, con quien dijo que tenía problemas y que «la quiero muerta». Esta amenaza alteró a la madre y llamó a la Policía, pero el hombre ni se inmutó y replicó que llamara, que «no tenía nada que perder».

Según la víctima, a continuación Cristian se acercó a empujar a su expareja y la madre se interpuso entre ambos, momento en que sacó un cuchillo de cocina del pantalón. La exnovia le dio una patada al ver que sacaba el cuchillo y acto seguido apuñaló a su madre en el pecho en dos ocasiones y a ella le asestó cinco cuchilladas, tres de ellas en los brazos. Tras la agresión tiró el cuchillo y huyó por la misma ventana por la que accedió. Pidieron ayuda y la Policía y una ambulancia se personaron en pocos minutos para auxiliarlas. Al menos los dos niños de 7 y 9 años dormían y no presenciaron el ataque que pudo costarle la vida a su madre, quien ya no tendrá que preocuparse más por el acoso de su excompañero sentimental.