La Guardia Civil de Alicante ha desarticulado un grupo especializado en robar cajeros automáticos con la ayuda de un camión pluma que ha sido acusado de nueve robos en entidades bancarias de municipios alicantinos, de Murcia, Valencia y Albacete. En la operación han sido detenidas siete personas en Almoradí y Catral, que han ingresado en prisión excepto una de ellas.

Los camiones con grúa que usaban en los asaltos también eran sustraídos previamente. Además de Almoradí, donde se hicieron tres registros domiciliarios, algún implicado vivía en Gran Alacant, en Santa Pola, donde también se registró una casa.

La operación ha sido realizada por agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Crevillent y Almoradi, los cuales contaron con el apoyo de efectivos de la compañía de Torrevieja. Los arrestados son cuatro albaneses, dos serbios y un español.

La Guardia Civil seguía la pista al grupo y las detenciones se precipitaron tras un último asalto el pasado viernes en la localidad murcia de Archivel, donde incluso fueron grabados por los vecinos cuando sustraían un cajero automático. Los sospechosos fueron detenidos y la Benemérita recuperó los 48.000 euros del cajero y el camión pluma sustraído.

La desarticulación y detención de este grupo criminal ha resultado bastante complicada para los investigadores, por su elevada planificación, por las medidas de seguridad que tomaban y porque no dejaban ninguna pista que permitiera su identificación.

Los primeros robos se produjeron entre los meses de enero y marzo y los investigadores lograron averiguar que el grupo estaba afinco entre Gran Alacant y Almoradí. La banda se desplazaba de madrugada por vías secundarias, con vehículos de placas de matrícula dobladas, hasta llegar a una nave industrial o polígono para sustraer un camión pluma. A continuacíón se dirigían hasta el cajero seleccionado, colocaban unas eslingas de amarre o elevación y arrancaban el cajero con la pluma del camión.

Para los desplazamientos contaban con vehículos lanzadera, que vigilaba las entradas y salidas de las vías para detectar cualquier presencia policial. Una vez llegaban a lugar lo suficientemente alejado, fracturaban el cajero con radiales y otras herramientas hasta sacar su botín.

Con este "modus operandi" asaltaron nueve sucursales y en ocho ocasiones consumaron el robo del cajero. Tres de los robos se llevaron a cabo en Altea, Pilar de la Horadada y Santa Pola, mientras que los otros seis fueron en las localidades valencianas Bélgida y Llanera de Ranes, en Socovos (Albacete), y en los municipios murcianos de Almendricos y Campos del Río.

Una vez fueron arrestados se realizaron un registro domiciliario en Santa Pola y tres en Almoradí, donde se incautaron de 14.500 euros, diversa maquinaria, radiales, hachas, mazas, pasamontañas, sistemas de transmisiones, pasamontañas, chaquetas, guantes, eslignas de amarre y 6 vehículos empleados en la comisión de los delitos.

Seis detenidos ingresaron en prisión y el único español arrestado, que había colaborado en la ocultación de los vehículos, quedó en libertad provisional.