La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un hombre con antecedentes por delitos sexuales acusado de haber violado a una mujer que acudió a una entrevista de trabajo para el bar que éste regentaba. La Fiscalía le reclama una pena de doce años de cárcel por un delito de agresión y el hombre está en prisión preventiva desde que ocurrieron los hechos, el 15 abril del año pasado. Mientras el acusado negó ayer los hechos y aseguró que se trató de una relación consentida, la víctima se reafirmó en todos los extremos de la denuncia y aseguró que llegó a temer por su vida. Según declaró, tras la violación, el acusado llegó a decirle que si le denunciaba nadie iba a creerla porque ella era una inmigrante.

La víctima es una joven de 27 años de nacionalidad venezolana y que había solicitado asilo político en España. La víctima había respondió a un anuncio de una página de internet buscando chica para ayudante de limpieza y cocina en una cafetería sita en el barrio de Carolinas. Sobre las 19.15 horas del 15 de abril, recibió una llamada del acusado para hacerle la entrevista de trabajo ese mismo día. Al llegar al local, la joven se encontró con que éste no estaba abierto al público y había mucho desorden en el interior. El acusado le dijo tras la entrevista que la iba a contratar y que iba a empezar esa misma tarde, por lo que la invitó a acompañarle a comprar productos de limpieza para poner el bar a punto que estaba pendiente de recibir la licencia de apertura.

Mientras estaban limpiando, hicieron una pausa y él la invitó a un bocadillo. «Empezó a hablarme de cosas muy personales, como que su mujer le había dejado para irse con otro que la tenía más grande que él. Me sentía muy incómoda», relató la joven, que añadió que la incomodidad fue a más cuando éste cerró la persiana metálica del local, alegando que si la tenía abierta la Policía podía multarle. «Nadie sabía que estaba aquí», dijo. En un momento dado, el acusado le pidió que le ayudara a subir unas cajas a un altillo.

«Una vez arriba, me arrojó al suelo y me cogió por el cuello», relató, la víctima que dijo que el procesado le ordenó que no gritara, «porque llevo un cuchillo y no te va a oír nadie», momento en que se habría consumado la violación. La víctima señaló que al pensar que no iba a salir viva de allí empezó a seguirle la corriente diciendo que se casaría con él y que sería su mujer. En ese momento, aprovechó para coger el móvil y pedir a sus amigos que fueran a recogerla, pudiendo engañar al acusado al decirle que ellos sabían dónde estaba. «No les quise contar lo que había pasado hasta que nos alejábamos en el coche porque seguro que le agrederían y encima podría decir que la víctima era él», dijo. A continuación fueron a Comisaría y denunciaron lo ocurrido esa misma noche.

Por su parte, el acusado, de 53 años, aseguró que se trató de una relación consentida. Según su versión, durante la entrevista ella le dijo que necesitaba dinero y le propuso mantener relaciones a cambio de 50 euros. El hombre negó haber hablado de cosas íntimas con la víctima sobre su mujer y aseguró que no se explicaba por qué le habrían denunciado por una agresión sexual.

El juicio sigue hoy con la declaración de los policías que intervinieron en la investigación, así como los forenses. La víctima padeció un trastorno de estrés postraumático que la ha afectado en sus relaciones sociales y por las que sigue recibiendo tratamiento farmacológico, según el escrito de acusación. Tras los informes de conclusiones, el proceso quedará visto para sentencia.