La Audiencia de Alicante ha condenado a penas que suman tres años de cárcel a un acusado de abusar de menores de edad en un parque público de Alcoy, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El fallo únicamente ha visto acreditados dos de los casos denunciados. Sin embargo, no ha encontrado pruebas para condenar por un tercer incidente después de que la víctima no se presentara a declarar al juicio pese a haber sido citado en dos ocasiones.

Los hechos ocurrrieron entre los meses de enero y febrero de 2016 en el «parque de los tubos» de Alcoy, donde el acusado habría estado profiriendo expresiones soeces de contenido sexual a quien allí se encontrara. La Audiencia considera probado que el procesado intentaba entablar conversación amistosa con los menores que salían de un instituto cercano, para ganarse su confianza y con ánimo de realizarles tocamientos o invitar a los jóvenes a que se los hicieran a él.

El Ministerio Público le reclamaba penas que sumaban cerca de seis años de cárcel por delitos de abuso sexual a menores, exhibicionismo y un delito leve de lesiones. La sala señala que la significación sexual de la conducta del procesado «es inequívoca», ya que el acusado «realiza los hechos tras haber trabado relación con los menores en un parque frecuentado por estudiantes y tras haber tenido con aquellos conversaciones «de naturaleza sexual, donde el acusado les decía que era gay o que le gustaba el sexo anal».

La sala no considera probada una agravante que pedía la Fiscalía al procesado por aprovecharse del lugar para cometer los hechos. La sentencia argumenta que no se ha acreditado que el parque fuera un lugar de difícil tránsito, alejado del núcleo urbano o deshabitado que garantizara la impunidad, sino que se trataba de un lugar frecuentado por estudiantes y el propio acusado pudo ser detenido en el mismo parque tras el aviso a la Policía de algunos de ellos.

Tocamientos libidinosos

El primero de los hechos ocurrió en enero de ese año cuando, según declara probado la Audiencia, el procesado se dirigió a dos menores de 14 y 15 años, estrujó el trasero de uno de ellos y le invitó para que se fueran a hacerse tocamientos sexuales con él. Cuando el procesado se sacó el pene, los dos menores salieron corriendo del parque. La sala considera que estos hechos son constitutivos de un delito de abuso sexual y de exhibicionismo, por lo que se le imponen las penas de dos años y seis meses de cárcel respectivamente. La defensa consideraba que el roce con el menor fue fugaz y no podía considerarse un abuso sexual, a lo que el tribunal responde que fue un tocamiento con ánimo libidinoso no consentido.

En el segundo de los casos, el acusado habría abordado a otro menor para mantener una conversación con él en principio sobre temas intrascendentes. La denuncia sostiene que, al ver que empezaba a oscurecer, el acusado aprovechó para intentar bajar los pantalones al joven, pero éste reaccionó dándole una patada para zafarse y marcharse de allí. En este caso, el tribunal le impone una pena de seis meses de cárcel por un delito de abuso sexual en grado de tentativa.

Un ataque no probado

El tercer caso se produjo la tarde del 29 de enero de 2016 cuando otro menor estaba regresando a casa. El acusado se habría encontrado con él en un pasadizo que une el polideportivo con el parque y le habría cogido del cuello por la espalda, mientras una segunda persona que no ha podido ser identificada hacía labores de vigilancia, según el escrito de acusación. La Fiscalía sostenía que ante la resistencia del menor, entre los dos sospechosos comenzaron a golpearle hasta dejarle tendido en el suelo. El joven no sufrió lesiones como consecuencia de esta agresión. Sin embargo, este caso no ha podido ser acreditado al no haber ido la víctima a declarar el juicio, pese haber sido requerida hasta en dos ocasiones.

La sentencia relata que esta víctima no compareció, aunque sí que lo hizo otra menor que le acompañaba en uno de los episodios relatados por él. Según el fallo, ésta únicamente afirmó que el acusado le cogió del brazo y les dijo «hazme una paja», hechos que para la sala, no tienen la importancia penal que le atribuye la acusación.