El Seprona de la Guardia Civil está investigando al presidente y al coordinador de la Asociación Defensora de los Animales de Elda (ADA) por el pésimo estado de salud que presentaban los perros y gatos a su cargo, según pudieron comprobar los propios agentes en las dos inspecciones realizadas en la finca de Sax que esta protectora utilizaba como sede.

El tratamiento a los animales fallecidos y la total ausencia de documentación ha llevado al Seprona a imputar a los responsables de la asociación, dos españoles de 64 y 48 años, por los supuestos delitos de maltrato animal y apropiación indebida. Este último cargo por el perro que no le entregaron a su legítima propietaria bajo el pretexto de que se había escapado de la finca. Ambos investigados quedaron en libertad con cargos a la espera de juicio.

Fue a finales de noviembre de 2018 cuando el Equipo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Monóvar fue informado de la existencia de una posible red de tráfico de animales de compañía, más concretamente de perros de la raza samoyedo, por parte de una asociación de animales de Elda, la cual podría estar operando en toda España y cuya sede podría estaba ubicada inicialmente en la localidad murciana de Mazarrón.

Con esta información los agentes iniciaron una investigación centrada en el presidente y el coordinador de la asociación. A raíz de las gestiones de averiguación se tuvo conocimiento del traslado de 40 perros de la raza samoyedo desde la finca de Mazarrón a otra ubicada en el paraje de Camara, en el término de Sax.

Muertos en ataques

En la posterior inspección los agentes pudieron comprobar que los investigados carecían del documento obligatorio de núcleo zoológico y detectaron numerosas deficiencias en materia sanitaria y de seguridad. Se localizaron 36 perros de distintas razas y ocho cadáveres de samoyedo, adultos y cachorros, muchos de ellos fallecidos a consecuencia de ataques de otros perros. En una segunda inspección se encontró, en el interior de las instalaciones, otros tres cadáveres de perros y uno de gato que estaba semienterrado. Uno de ellos portaba microchip, lo que permitió a los agentes localizar a su propietaria, que creía que su perro se había escapado de la finca, tal y como le dijeron los miembros de la asociación ADA cuando fue a recogerlo.

Por otro lado, muchos de los animales rescatados vivos presentan enfermedades diversas. De los 27 reconocidos por un veterinario, 9 han resultado con Leishmania, 13 con la enfermedad de Rickettsia y Erlichia y uno con lesiones por mordeduras.

El Seprona también ha levantado numerosas actas por infracciones administrativas de diferentes tipos: por una incorrecta gestión de los cadáveres y por ausencia de núcleo zoológico, libro de registro y censo municipal de animales, control sanitario, tratamiento veterinario e identificación, y por no poner en cuarentena a los animales que han protagonizado ataques entre sí, además de trasladarlos en vehículos no autorizados para tal fin. Todos los animales rescatados han sido entregados a otra protectora, de forma temporal, para que reciban atención.