Cruce de acusaciones en el juicio por el ajuste de cuentas que se saldó con un muerto y un herido en Benidorm. Los dos ciudadanos colombianos acusados del asesinato, padre e hijo, sostienen que las víctimas, tres ciudadanos de Mali, pretendían robarles y que ellos actuaron en defensa propia. El juicio por estos hechos ocurridos el 26 de noviembre de 2015 arrancó ayer en la Audiencia de Alicante ante un jurado popular. La Fiscalía reclama penas que suman 32 años de cárcel para cada uno de los dos acusados; mientras que éstos reclaman más de doce años de cárcel para cada uno de los presuntos asaltantes por delitos de estafa y robo con violencia en grado de tentativa y lesiones.

Los hechos ocurrieron sobre las 14.00 horas en la casa de los acusados sita en la calle Ramón y Cajal de Benidorm, cuando se presentaron tres hombres de nacionalidad maliense con quienes el hijo tenía que realizar una transacción económica, para lo que se habían desplazado en coche desde Barcelona. Las acusaciones sostienen que, durante la negociación, el padre esperó escondido en una de las habitaciones para asegurarse de que todo se celebraba según lo convenido. En caso de problemas, éste intervendría. La defensa de los dos colombianos, que ejerce el letrado Aitor Esteban Gallastegui, asegura que el grupo pretendía estafarles pagando con billetes falsos unos televisores que iban a comprar y cuando fueron descubiertos intentaron atracar al hijo, que tuvo que saltar por la ventana hasta la calle, y golpearon al padre con la culata de una pistola y le arrojaron gas pimienta a los ojos. Desde la Fiscalía se apunta a que el origen de la disputa pudo ser el tráfico de drogas.

La fiscal sostiene que, al no cerrarse acuerdo alguno entre las partes, el hijo antes de saltar por la ventana dio el aviso a su padre para que se lanzara a por ellos. Éste les atacó sorpresivamente con un cuchillo de cocina desde una de las habitaciones cuando éstos salían por el único pasillo que les llevaba hacia la puerta e ignorando que hubiera alguien más en la casa. Uno de ellos recibió dos cuchilladas en el tórax y el otro tres por la misma zona. El grupo logró huir en coche desde la vivienda, pero solo pudo llegar hasta Altea, donde uno de ellos falleció como consecuencia de la pérdida masiva de sangre.

Para la Fiscalía se trata de un crimen premeditado y ejecutado de tal manera que las víctimas no pudieran defenderse. La defensa, que ejerce la acusación contra los ciudadanos de Mali, sostiene que padre e hijo solo trataron de defenderse de unas personas que les atacaron mientras estaban en su casa y se consideró desproporcionado la pena reclamada para ambos. «El hijo ni siquiera intervino», dijo. Desde la Fiscalía se incidió en que la versión exculpatoria de los dos acusados «no tenía ningún sentido» y sostuvo que se trató de un crimen premeditado en el que cada uno ejecutó su parte. Por eso reclama 20 años de cárcel por el asesinato, más otros doce por tentativa de asesinato por el otro herido.

La primera jornada del juicio se ha centrado en la selección del jurado y los informes de las partes. Este martes proseguirá con el interrogatorio de los acusados y de los testigos. Las deliberaciones del jurado están previstas para el viernes.