Un hombre se sentará en el banquillo acusado de haber manipulado la ruleta de un salón recreativo de Alcoy para obtener un premio superior a los 5.800 euros. El establecimiento de juego, personado como acusación particular, le acusa de un delito de estafa por el que le reclama seis meses de prisión, pero la Fiscalía no ha visto indicios suficientes para sostener que el acusado manipular la ruleta y pide su absolución. La causa acaba de llegar a un juzgado de lo Penal de Alicante donde está a la espera de que se señale fecha.

Los hechos ocurrieron la tarde del 23 de abril de 2013 en un salón de juego de Alcoy, en el que se encontraba el acusado junto con varias personas de nacionalidad china jugando a una máquina de juego de ruleta. El hombre obtuvo premios por un importe total de 5.826 euros que el salón se negó a pagarle porque le acusaba de haber manipulado el aparato. El hombre llegó a denunciar a la sala de juego en Comisaría, pero la denuncia se acabó sobreyendo.

Modus operandi

La sala de juegos le acusaba de haber usado una técnica para obtener el dinero consistente en taponar la salida de monedas hacia la bandeja con la mano, lo que provocaba un amontonamiento de monedas que llegaba a bloquear el sistema pagador de monedas. «Esta técnica causa un error de bloqueo en la máquina en virtud del cual si el resultado del juego no es favorable al jugador, se consigue mantener la apuesta realizada en la partida anterior para la siguiente, sin perder el número de fichas apostadas, con lo que en definitiva se aseguraba de no perder ni una jugada», relata el escrito de acusación de la sala de juegos.

Sin embargo, desde la Fiscalía no consideran suficientemente acreditado que el acusado hubiera manipulado la máquina. La actitud del acusado y el modo de jugar del acusado, que levantó las sospechas de los responsables, así como el cuantioso premio no son motivos suficientes para sostener imputación.

La fiscal valora que el propietario del salón se basó para presentar la denuncia en el visionado de las cámaras de seguridad del local y ni siquiera se encontraba esa tarde en el establecimiento. Según su declaración judicial, «cuando ganaba, en lugar de alegrarse, miraba hacia los lados». La fiscal considera que «es una valoración subjetiva» y que «cada uno expresa las emociones como estima más oportuno».

En esas fechas, la asociación de empresarios de la Comunidad Valenciana había lanzado una alerta de que había una banda de personas de nacionalidad china y rumana que se habían especializado en la obtención de premios de forma fraudulenta. Sin embargo, la Fiscalía considera que eso no prueba ni de que el imputado formara parte de esa banda, ni de que el premio fuera fruto de una manipulación delictiva. La fiscal incide también en que esa tarde hubo varias personas de nacionalidad china en el local, entre los que se encontraba el acusado. «En el caso de que la máquina hubiera sido manipulada, cualquiera de los presentes pudo haberlo hecho», asegura.

También se recalca que no existe ningún informe técnico de ese día o del día siguiente que certifique que la ruleta hubiera sido manipulada o que ésta tuviera lugar durante las horas en las que el imputado estuvo jugando y sin que se llegara a precintar.