La víctima del crimen de Villafranqueza no tuvo posibilidad de defenderse y su asesino le causó un sufrimiento innecesario cuando le empezó a dar patadas en la cabeza mientras agonizaba de unas puñaladas que eran mortales. El jurado declaró ayer culpable de asesinato por unanimidad al acusado de matar a puñaladas a un amigo en Villafranqueza en febrero de 2017. El tribunal popular cerró el veredicto tras cuatro horas de deliberaciones, en el que unánimamente dio por buenos casi todos los términos de la Fiscalía y la acusación particular, que ejerce el letrado José Manuel Sánchez Ibarra.

El juicio quedó ayer visto para sentencia y ahora el magistrado Juan Carlos Cerón, que ha presidido el tribunal de jurado, deberá determinar la pena que se impone al acusado. La vista terminó con tensión tras encararse el acusado con familiares del fallecido.

Los hechos ocurrieron la tarde del 25 de febrero de 2017 cuando la víctima, Rafael P. S. de 28 años, se encontraba sentado de un pub de la localidad viendo un partido de fútbol en la televisión con dos amigos, cuando el acusado Luis Ángel A. B. le abordó por la espalda y le apuñaló en repetidas ocasiones con un cuchillo de monte de grandes dimensiones. La víctima tuvo fuerzas para levantarse y alcanzar la salida del local pero su agresor le remató allí mismo degollándole. Ya en el suelo, antes de morir, estuvo dándole patadas en la cabeza. Por las características del ataque, el jurado considera probado que se trata de un asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento. El acusado le responsabilizaba de haber tratado de envenenar a su perro haciéndole tragar una piedra, algo que la familia del fallecido ha negado tajantemente.

El único punto en el que el jurado no logró unanimidad es en la salud mental del acusado. Siete votos frente a dos han respaldado que no está probado que el trastorno de personalidad que padece el acusado fuera una atenuante en su responsabilidad en el crimen.

En cambio, el jurado sí que ha considerado probada por unanimidad la otra atenuante que reclamaba la defensa: que colaboró con la Polícía al ayudarles a localizar el cuchillo. La defensa, la letrada Raquel Sánchez, sostenía que el acusado pretendía entregarse y que siempre ha reconocido ser el autor de los hechos. Del mismo modo, el jurado no se ha mostrado partidario ni de que el acusado pueda beneficiarse de un indulto ni de que se le suspenda la pena.

A la vista del veredicto, las acusaciones tuvieron que modificar sus peticiones de penas para aplicas esta atenuante. El fiscal ha pedido 21 años de cárcel y la acusación particular 23. La defensa ha pedido veinte años. La pena que finalmente se imponga estará determinada por el magistrado cuando dicte sentencia. El fallo no será firme y contra él cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia.

El juicio ha terminado con escenas de tensión cuando el acusado ha respondido con una peineta a los familiares del fallecido que le insultaban al término de la vista. Durante todo el juicio, el acusado había acudido a las sesiones con camisetas que ocultaban su cuello. Ayer llevaba una camiseta sin mangas y más abierta, en el que se le veían en el pecho tatuajes con simbología de extrema derecha. Cuando se lo llevaron al furgón, comenzó a lanzar besos a los familiares y amigos que le increpaban y les despidió con una doble peineta.