La Policía Nacional y la Guardia Civil desplegaron ayer un amplio dispositivo para prevenir incidentes durante un juicio señalado en un juzgado de lo Penal de Benalúa y que estaba considerado de alto riesgo. El proceso se celebraba por un presunto quebrantamiento de una orden de alejamiento entre los implicados en una reyerta entre dos clanes en el barrio de Carolinas de Alicante. La vista se celebró con normalidad y no hubo que lamentar incidentes.

La Fiscalía pedía al acusado una multa de doce meses con una cuota diaria de seis euros (2.160 euros) por un delito de quebrantamiento de medida cautelar. El Ministerio Público le acusaba de haber pasado el 2 de septiembre de 2016 por delante del domicilio de otro implicado en la reyerta a pesar de que tenía una de alejamiento que le impedía acercarse a él desde abril de 2015.

El acusado, que estaba defendido por el abogado Manuel Vives, aseguró en el juicio que no sabía que el otro implicado en la reyerta estaba viviendo en esa casa. El juicio por el enfrentamiento entre los dos clanes todavía está pendiente de celebrarse.