Un ciudadano argelino con presuntas vinculaciones yihadistas fue ingresado ayer por orden del juzgado de guardia de Alicante en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de València mientras se procede a aprobar un decreto de expulsión a su país de origen por infracción muy grave a la Ley de Extranjería.

El inmigrante detenido ahora por la Policía Nacional en Alicante ya fue apresado hace más de una década por la Guardia Civil en una macrooperación contra una presunta célula de apoyo al Grupo Salafista por la Predicación y el Combate, que pasó en 2006 a denominarse Al Qaeda del Magreb Islámico y que presuntamente pretendía atentar en España.

Sin embargo, a juicio sólo llegaron cinco de una decena de detenidos de dicha operación y la Audiencia Nacional sólo les condenó por delitos comunes pero no por terrorismo.

Agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Alicante han detenido esta semana al sospechoso y tras incoarle un expediente de expulsión ayer le condujeron al juzgado de guardia con el objetivo de que se acordara su ingreso en un CIE mientras se lleva a cabo su expulsión.

El detenido ha sido denunciado por una infracción muy grave que viene recogida en la Ley de Extranjería: «Participar en actividades contrarias a la seguridad exterior del Estado o que pueden perjudicar las relaciones de España con otros países, o estar implicados en actividades contrarias al orden público previstas como muy graves en la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana».

Fuentes judiciales indicaron ayer que el ciudadano argelino detenido en Alicante se habría «radicalizado», de ahí que el Ministerio del Interior vaya a proceder a su expulsión.

La presunta célula yihadista a la que fue vinculado el ahora detenido en Alicante fue acusada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional de pertenencia a banda armada y por colaborar en la obtención de material explosivo -mercurio rojo- con el objetivo de llevar a cabo un atentado en El Corte Inglés de la calle Princesa en Madrid.

Este detenido no llegó a ser enjuiciado por estos hechos, aunque otros cinco argelinos que fueron juzgados cinco años más tarde sólo fueron condenados por delitos de robo de objetos o falsificación y quedaron exculpados de la acusación de colaborar con Al Qaeda y de intentar conseguir el material explosivo para atentar en la capital española.

Tres de los acusados manifestaron en el juicio que el mercurio rojo del que hablaban en las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil era para «brujería» y para utilizarlo en detectores de metales para encontrar oro, pero no para cometer un atentado.

Esta investigación se puso en marcha en 2004 tras ser alertada la Guardia Civil por un colaborador de que estaban buscando explosivos.