Un acusado de abusar de dos menores de edad acudió ayer al juicio en Alicante con protección policial por temor a ser agredido por la familia de las víctimas. El hombre se encuentra en libertad provisional y tenía miedo de que pudiera pasarle algo cuando se presentara a declarar ante la Audiencia. El hombre se enfrenta a penas que suman veinte años de prisión por haber abusado de los dos menores, hijos de su primo durante el tiempo que se quedó cuidándoles. El juicio comenzó ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, aunque no podrá retormarse hasta el próximo 20 de mayo debido a que no pudo declarar uno de los peritos.

Los hechos habrían ocurrido entre los años 2014 y 2015. Las víctimas son los hijos de un primo del acusado, que solía dejarles en su casa para que se los cuidara aprovechando que vivían en la misma planta del mismo edificio en Alicante. La niña tenía 13 años y el niño siete. La Fiscalía sostiene que el hombre desnudaba a la niña cuando se quedaba a solas con ella y la sometía a tocamientos. En caso de que ésta se negara, le daba bofetadas o puñetazos e incluso llegaba golpearle con una correa. Del mismo modo, la acusación asegura que con el niño tenía el mismo comportamiento, llegando a someterle a otros malos tratos como pincharle con unas tijeras, meter la cabeza en un barreño con agua o quemarle con una plancha, en caso de que se negara a ir a la casa.

El juicio se celebró a puerta cerrada a petición de la defensa. El procesado no ha reconocido los hechos y se declara inocente, según las fuentes consultadas por este diario.

Para la vista oral, no fue necesaria la declaración de los dos menores. En su lugar, se ha procedido al visionado de la grabación de lo que ambos declararon en su día ante el juzgado de instrucción que investigó los hechos y que ha servido como prueba preconstituída. En ella, relataban los presuntos abusos que denunciaron en su día y que constituyen la base de la acusación.

En concreto, según el escrito de calificación de la Fiscalía, el acusado forzó a la niña a desnudarse y tumbarse sobre sus genitales para frotarse contra ella. Esos presuntos abusos se produjeron entre 10 y 20 ocasiones, pese a la resistencia de la menor. Cuando ella se negaba, según la fiscal, el acusado la golpeaba con un correa y le propinaba bofetadas y puñetazos.

Por lo que respecta a la segunda víctima, un niño que entonces tenía 7 años, el acusado le obligaba a tocarle el pene y masturbarle bajo la amenaza de matar a sus padres si se negaba o se lo contaba a alguien, según el relato del Ministerio Público.

Como consecuencia de esos actos, según la acusación pública, la menor sufre secuelas psicológicas como síntomas de ansiedad, mientras que el niño presenta una cicatriz lineal en la región frontal de un centímetro.