La Audiencia de Alicante ha sentado en el banquillo a un presunto pederasta acusado de engañar a menores a través de internet para obtener imágenes de alto contenido sexual de ellos y de almacenar centenares de archivos de pornografía infantil. La Fiscalía le reclama penas de casi 200 años de prisión por más de una veintena de delitos relacionados con la pornografía infantil que van desde la tenencia, hasta la elaboración y difusión de este material.

El acusado ha empezado negando las acusaciones y asegurando que le que pedían era "una barbaridad", pero luego en el interrogatorio ha admitido buena parte de los hechos. Ha asegurado que todas las grabaciones eran para su consumo propio y ha negado que las distribuyera. Según su versión, algunos de los DVDs hallados en su casa fueron grabados el mismo día y nunca los volvió a abrir.

La defensa alega que el procesado padece un trastorno mental, una patología mental causada por una supuesta agresión sexual que éste sufrió a los ocho años y que le ha causado varios trastornos y dificultades para socializar. "Con 20 años vivía en mi habitación sin tener contacto con el mundo" dijo. Era en estas salas de chat donde conseguía "sentirse acompañado". Sin embargo, el psiquiatra forense que le reconoció descartó que padezca algún tipo de patología mental que le hicieran inimputable por estos hechos. Aunque el forense admite que padece trastornos obsesivo compulsivos de la personalidad, en sus acciones había planificación, lo que, según su opinión, sabía lo que hacía.

La Guardia Civil arrestó al acusado, vecino de Alicante, tras recibir una alerta del FBIsobre lo que se hacía en el chat en el que éste se conectaba. Algunas de las imágenes son de una gran crudeza y va a tener que visionarlas el tribunal en la sesión de mañana. Las grabaciones suman más de dos horas y media de duración. Nunca llegó a tener contacto real con ninguna de las menores que aparecen en los vídeos y éstas no llegaron a ser identificadas pero todo apuntaba a que eran de otro país. En esas salas de chat llegó a actuar con otros pederastas de manera coordinada para conseguir que sus víctimas hicieran ante la cámara lo que les pedían. La defensa alega que el acusado tras su arresto dio datos a las fuerzas de seguridad para ayudar a identificar a esas otras personas.