La Audiencia de Alicante ha impuesto diez años de prisión a un hombre acusado de agredir sexualmente a dos menores de edad a los que había llevado a ver una lluvia de estrellas en una ermita de un municipio de la Marina Alta, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El acusado deberá indemnizar a los menores con 10.000 euros y no podrá acercarse a ellos durante los cinco años posteriores a su salida de prisión. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso ante la Sala de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad (TSJ).

Los hechos ocurrieron la noche del 10 de noviembre de 2017 en un municipio de la Marina Alta, donde el acusado, de 22 años, abordó a los dos menores, un niño y una niña de 12 y 13 años de edad. Las víctimas iban a ver una lluvia de estrellas y éste fue con ellos hasta una ermita, donde se produjo la agresión sexual.

El fallo declara probado que los tres se habían sentado en un muro para mirar al cielo, cuando «de manera sorpresiva» el acusado se abalanzó sobre la menor, sentándola sobre él e impidiendo que se moviera al bloquearla contra la pared. De esta manera aprovechó para levantarle la camiseta y comenzar a chuparle los pechos y tocárselos. La joven asustada le dijo que parara y que la dejara. El otro menor, al darse cuenta de lo que ocurría, trató de ayudar a su amiga pero el acusado le agarró por el pelo con violencia, aproximando su cara a su pene y tratar de obligarle a que le hiciera una felación, continúa relatando el fallo. Como el joven se resistió, el acusado le cogió fuertemente de la mano y le obligó a masturbarle. Las víctimas se marcharon atemorizadas del lugar, pero no presentaron denuncia hasta cuatro días más tarde tras contar la joven lo ocurrido a una profesora de su instituto.

El acusado se había acogido a su derecho a no declarar en el juicio, aunque durante su turno de última palabra admitió haber realizado actos sexuales con los dos menores, aunque adujo que habían sido consentidos. La defensa planteaba que había contradicciones en los testimonios de los dos menores y puso en duda su declaración.

Sin embargo, la sala les ha dado total credibilidad y sostiene que todo lo que dijeron se ve refrendado por el testimonio de la psicóloga que les atendió y que concluía que su relato era creíble, sin usar un guion aprendido. Dato que también se ve avalado por el hecho de que los dos menores sufrieron un trauma psicológico por estos hechos. La sentencia recuerda que lo sucedido se descubrió porque la niña empezó a llorar y que ésta tuvo un bajo rendimiento escolar a consecuencia de lo sucedido. El fallo recuerda la declaración de los profesores que se entrevistaron con los menores cuando los hechos salieron a la luz y que corroboran el estado en el que éstos se encontraban.

Los jueces consideran probado que el acusado empleó la violencia para intentar reducir la voluntad de los menores y achaca la ausencia de lesiones físicas al hecho de que la denuncia se presentó días después.