El patrón del velero Dreamland, desaparecido el pasado mes de enero con tres vecinos de Alicante y localizado al sur de Cerdeña a finales del mismo mes, ha denunciado al dueño del barco por una presunta agresión, insultos y amenazas nada más tomar tierra en el puerto de Palma. La denuncia ha sido presentada en una comisaría de Alicante.

De acuerdo con el escrito interpuesto por Álvaro Aguirre Presa, los hechos tuvieron lugar la mañana del pasado 9 de febrero en el muelle de La Lonja de Palma. La noche anterior había atracado allí después de su misteriosa travesía por el Mediterráneo, que le llevó hasta Sicilia pese a que el contrato suscrito al alquilar el Dreamland establecía la prohibición expresa de salir de aguas de Baleares.

También entregaba el barco casi un mes después de lo estipulado, señalado para el pasado 15 de enero.

Así, Aguirre Presa, de 67 años, asegura en su declaración ante la Policía Nacional que sufrió «una agresión, amenaza e insultos» a manos supuestamente del propietario de la embarcación, José María Jiménez.

Los hechos habrían ocurrido al bajar del velero una vez atracado en el muelle de La Lonja. «Me agarró del cuello y me dijo 'te voy a matar hijo de p...'». Aunque reconoce que no sufrió lesión alguna, el patrón del Dreamland asegura que tiene que acudir desde entonces al psicólogo y «teme por su integridad física».

También señala a un tripulante y a un sobrino de este como supuestos testigos de la agresión.

Por su parte, José María Jiménez, propietario del Dreamland, niega taxativamente que hubiera agredido a Álvaro Aguirre Presa ni a ninguno de los dos tripulantes que le acompañaban. «Estoy alucinando», dijo el dueño del barco al enterarse de que el patrón le había denunciado por agresión, insultos y amenazas.

«No estuve nunca a solas con él y había infinidad de testigos. Había delante cinco o seis guardias civiles y un marinero del puerto», abundó.

Apropiación indebida

Además, Jiménez hace hincapié en que tiene una minusvalía en un brazo que le impide hacer fuerza y menos aún coger a alguien del cuello e insiste en que «no le tocó».

Jiménez niega que se hubiera atrevido a cualquier agresión después de tener conocimiento de los antecedentes penales de dos tripulantes, por tráfico de drogas y uno de ellos por homicidio. «No soy un cobarde, pero tampoco estoy loco», precisó.

Tras el retraso en la entrega, José María Jiménez denunció al patrón del Dreamland por apropiación indebida. Una vez que le abonaron 3.000 euros en efectivo, en el puerto nada más tomar tierra, y 4.333 euros en un banco de Alicante, el lunes siguiente, la retiró.

Además, un abultado número de guardias civiles acudió el 9 de febrero al muelle de La Lonja tras tener conocimiento de que el Dreamland había amarrado allí.