Una llamada de un ciudadano alertando de la presencia de dos hombres con aspecto árabe que aparentaban rezar y dejaron un bulto negro en las vías del tren en Alicante obligó a la Policía Nacional a activar el protocolo antiterrorista y durante 36 minutos estuvo interrumpido el tráfico ferroviario, lo que provocó retrasos en ocho trenes. Al final se trataba de una falsa alarma y se verificó que se trataba de un conjuro de amor. Los especialistas en desactivación de explosivos del Tedax de la Policía descartaron que el bulto sospechoso fuera un artefacto y comprobaron que era una piña que habían rellenado con clavos, alfileres, posos de café, uvas, dos papeles y semillas.

El autor del conjuro fue identificado y detenido por desórdenes públicos. Ni era árabe, ni terrorista, sino un español de 38 años al que le gusta el esoterismo y que pretendía recuperar con un conjuro a su expareja varios meses después de cortar la relación. Lógicamente, el conjuro no hizo el efecto que deseaba. Todo lo contrario. Su exmujer le denunció cinco días después del conjuro por violencia de género y tras un juicio rápido fue condenado a un año de alejamiento y prohibición de comunicarse con ella durante el mismo tiempo.

Las diligencias abiertas por un presunto delito de desórdenes públicos tras el incidente ocurrido el pasado 15 de febrero han sido archivadas por el juzgado de Instrucción número 5 de Alicante, cuyo titular, el magistrado Manrique Tejada, no ha apreciado que el detenido por la Policía tenga responsabilidad penal por lo ocurrido.

En un primer momento se vieron afectados dos trenes de cercanías, uno en cada sentido, pero el corte de más de media hora provocó con posterioridad retrasos de hasta 149 minutos en otros seis trenes, uno de ellos de larga distancia.

Los hechos ocurrieron el pasado día 15 sobre las 13.40 horas en la vía del tren junto a un puente de la carretera de Ocaña sobre la línea férrea. Un vecino vio a dos hombres que le parecieron ser árabes. Se santiguaron e hicieron unos movimientos con el cuerpo, como si estuvieran invocando a alguien. Dejaron un bulto negro junto a la vía y se marcharon. No se lo pensó dos veces el vecino y llamó a la Policía.

Con los datos aportados, la Policía Nacional tuvo que activar el protocolo antiterrorista ante la posibilidad que se tratara de un posible atentado. La Policía solicitó que se interrumpiera el tráfico ferroviario y el Tedax examinó el bulto comprobando que era una piña cortada y rellena con diversos efectos. Estaba envuelta en una tela negra y desde lejos aparentaba ser una mochila sospechosa.

Una vez se descartó que fuera un artefacto explosivo la Policía examinó el contenido de la piña y además de los clavos, alfileres y semillas los agentes se detuvieron a analizar el contenido de dos papeles. En uno estaba anotado el nombre de su expareja y en el otro había una calavera dibujada y los nombre de su exsuegra y de un compañero de trabajo de su excompañera, sobre el que debía sospechar que había iniciado una relación con él.

Con dichos datos la Policía acabó localizando al autor y tras citarle en dependencias policiales le tomaron declaración en calidad de detenido por desórdenes públicos y le dejaron en libertad. El hombre reconoció que se trataba de un conjuro de amor que buscó en internet para tratar de recuperar a su expareja.

La piña estaba colocada junto a uno de los raíles y difícilmente habría provocado un accidente ferroviario. Sin embargo, la movilización policial y el corte del tráfico ferroviario causó retrasos en ochos convoyes y 135 pasajeros se vieron afectados.

Fuentes cercanas al caso indicaron que la causa se ha archivado al estimar que no tiene responsabilidad penal, sino que la reclamación contra el hombre debe llegar por otras vías.

En el interior de la piña vaciada para rellenarla había unas semillas de color rojo y negro que provienen de la planta «Abrus pecatorius», más conocida como regaliz americano, y contiene la sustancia abrina, una toxoalbúmina considerada «muy tóxica», por lo que está prohibida, según informa Efe. Pese a ello, estas semillas han sido tradicionalmente usadas en ambientes esotéricos, donde se le conoce bajo la denominación de «peonia». En cualquier caso, el conjuro de amor solo le ha servido al detenido para alejarse aún más de su expareja.