El Instituto de Medicina Legal de València aún no ha determinado si la mujer fallecida horas después de intoxicarse en un restaurante de València falleció como consecuencia de la toxoinfección alimentaria o si, por el contrario, murió asfixiada al haber aspirado partículas de su propio vómito.

De momento, la forense que ha practicado la autopsia ha descartado que muriese asfixiada por la obstrucción mecánica de las vías respiratorias con restos de comida regurgitada, lo que habría impedido la entrada de oxígeno. En ese tipo de muertes, los forenses ven claramente la existencia de sólidos que obstaculizan las vías respiratorias, por lo que la ausencia de ellos indica que esa no fue la causa del fallecimiento.

Sin embargo, continúa abierta la posibilidad de que aspirase partículas líquidas del vómito que habrían obturado los alveolos pulmonares, ocasionando igualmente la muerte por asfixia al convertirlos en impermeables a la entrada de oxígeno.

Para ratificar esa posiblidad, que explicaría por qué ella murió cuando el resto de intoxicados mejoraron a las pocas horas de sufrir las complicaciones gastrointestinales, es necesario esperar al estudio histopatológico, es decir, a que los expertos del Instituto de Medicina Legal de València analicen por completo las muestras de tejido pulmonar y determinen si hay muerte por anoxemia -disminución del nivel de oxígeno que llega a la sangre-, lo que, a todos los efectos, es una muerte por asfixia.

Lo que sí parece claro es que tanto ella como su marido y su hijo sufrieron una intoxicación durante la ingesta del menú degustación que tomaron el sábado al mediodía en el prestigioso restaurante Riff, del chef alemán Bernd H. Knöller, la primera estrella Michelin de València.

La causa efecto parece quedar clara después de que ayer trascendiese que, además del matrimonio y su hijo de 10 años, resultaron intoxicados, aunque de carácter leve, otros siete comensales que estuvieron el sábado en ese establecimiento.

Los diez, incluida la mujer que luego falleció, tomaron el mismo menú degustación, formado por una sucesión de platos que varían a diario en función de los productos de mercado que Knöller acostumbra a comprar a diario.

Muestras de todos los alimentos

El departamento de Salud Pública, dependiente de la Conselleria de Sanidad, tomó el lunes muestras de todas las materias primas que componían el menú degustación, pero aún pasarán varios días hasta que concluya la batería de análisis toxicológicos y bacteriológicos para determinar si son el foco de origen de la intoxicación masiva.

Inspectores de Sanidad regresaron ayer al establecimiento para reanudar la toma de muestras y supervisar los protocolos de seguridad alimentaria del local. La conselleria informó ayer de que «no ha detectado deficiencias relacionadas con factores que hubiesen podido contribuir a la toxiinfección alimentaria».

Tal como adelantó ayer este diario, la fallecida, junto su marido y su hijo, acudieron a comer el sábado al Riff para celebrar el cumpleaños del esposo. Poco después de concluir la comida empezaron a sentirse indispuestos. Los tres sufrieron vómitos y diarrea a lo largo de la tarde, pero el hombre y el niño mejoraron a última hora del día. Sin embargo, la mujer, que tenía 46 años y no sufría aparentemente ninguna enfermedad previa, continuó vomitando. Sobre las cuatro y media de la madrugada, perdió el conocimiento.

El marido acudió en su auxilio y, al ver que sufría una parada respiratoria y no dejaba de vomitar, llamó a emergencias y le practicó los primeros intentos de reanimación. El equipo médico del SAMU desplazado a su casa trató de reanimarla durante más de una hora, hasta que, sobre las seis, tuvo que certificar su fallecimiento.

La Policía Nacional, que también había acudido al domicilio, fue quien acompañó al hombre y al niño al hospital La Fe, ante la sospecha de una intoxicación de origen alimentario, tras lo cual Sanidad puso en marcha el protocolo establecido para estos casos.