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Los viejos timos nunca mueren

Juzgan a dos hombres por estafar 8.000 euros a un viandante en una calle de Alicante con falsos cupones premiados

La delincuencia va evolucionando y cada vez las Fuerzas de Seguridad deben hacer frente a nuevas formas de criminalidad que suelen venir de la mano de las nuevas tecnologías. Las estafas bancarias a través de Internet, los billetes tintados, las cartas nigerianas... Sin embargo, los viejos clásicos nunca mueren y hay estafas en las que algunas víctimas siguen cayendo, a pesar de que se han visto hasta la saciedad en películas y obras de ficción. En un mundo globalizado, donde las tecnologías facilitan que cualquier hecho relevante se conozca al instante en cualquier parte del mundo no siempre se puede evitar que estas estafas se sigan cometiendo. Entre ellas se encuentran los conocidos como los timos de la estampita y, otra de sus variantes, el tocomocho. En ambas modalidades, los estafadores incitan a la codicia de su víctima haciéndole creer que están ante una oportunidad única para hacerse millonaria. Para que el viejo truco siga funcionando, basta un timador para hacerse pasar por discapacitado y un segundo que actúa de gancho.

La Fiscalía ha pedido 18 meses de cárcel a dos hombres acusados de haber estafado 8.000 euros a un hombre en Alicante en un timo del tocomocho, en el que las clásicas estampitas supuestamente eran cupones agraciados en el sorteo de la ONCE, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. La causa ha llegado recientemente a un juzgado de lo Penal para que celebre la vista oral. La víctima se quedó sin el dinero y con sólo un bocadillo en la mano cuando los presuntos estafadores se dieron a la fuga con el botín.

Los hechos ocurrieron el 12 de febrero de 2015 en la calle Cerdá de Alicante. Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los dos acusados contaban con antecedentes penales y se pusieron de acuerdo para hacer creer a la víctima que uno de ellos, simulando tener discapacidad mental, tenía cupones premiados del sorteo del cupón de los ciegos. El modus operandi clásico que se suele usar en este tipo de estafas. A diferencia de la estampita, en el tocomocho la oportunidad de oro no viene en la forma de un sobre con billetes, sino de un taco de números de lotería con premio.

En la presunta estafa denunciada en Alicante, el falso discapacitado abordó a la víctima por la calle mostrándole varios boletos de la ONCE, diciendo que habían sido premiados y que no sabía qué hacer con ellos. Mientras el hombre mantenía una conversación con él, se acercó el segundo de los acusados quien, simulando no conocer de nada a su compañero, se interesó por los billetes agraciados. Por ello, fingió que se acercaba a un puesto de la ONCE para comprobar el listado de todos los números premiados a lo largo de esa semana, desde el 6 de febrero, y volvió poco después asegurando que efectivamente los números eran los buenos.

El gancho

El acusado que hacía de gancho propuso entonces a la víctima quedarse ellos con los premios y cobrarlos, pero para convencer a la persona que los tenía debían enseñarle antes una cantidad de dinero. Éste hizo creer al posteriormente estafado que tenía 6.000 euros encima y le propuso llevarle a un banco para que aportara la otra mitad. El hombre llegó a sacar de su cuenta hasta 8.000 euros, que entregó al acusado que supuestamente tenía el dinero.

Cerrado el trato, el falso discapacitado dijo que tenía hambre y su compinche propuso a la víctima que se acercara a un bar cercano a comprar un bocadillo, por lo que le dio unas monedas para pagarlo. Cuando el hombre regresó al lugar con las vituallas se encontró con que los dos se habían marchado de allí con el dinero, que no pudo ser recuperado.

Fuentes cercanas al caso señalaron que, en cuando la víctima comprendió lo que había pasado, presentó una denuncia en la Comisaría denunciando que había sufrido un atraco callejero. Las investigaciones policiales determinaron posteriormente que el hombre había perdido el dinero por haber sido víctima de la estafa.

El ejemplo más clásico del timo de la estampita se encuentra en un clásico del cine español, Los tramposos de 1959, dirigida por Pedro Lazaga y protagonizada por Tony Leblanc. La escena en la que se ejecuta esta estafa ha pasado a la historia del séptimo arte nacional. Los años no han pasado por ella y todavía hay víctimas que siguen cayendo. Las Fuerzas de Seguridad periódicamente desarticulan bandas organizadas dedicadas a estas estafas que se desplazan a las grandes ciudades en búsqueda de víctimas, que suelen ser personas de una edad avanzada, al pensar que pueden engañarlas con más facilidad.

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