La Fiscalía y la acusación particular solicitaron ayer sendas penas de dos y tres años de prisión, respectivamente, a un conductor acusado del homicidio por imprudencia grave de un motorista de 32 años al saltarse un semáforo en rojo en la avenida de Dénia en Alicante. Antes de concluir la vista oral en un juzgado de lo Penal de Alicante el acusado pidió perdón a los familiares del fallecido, presentes en la sala.

El accidente mortal ocurrió el 1 de julio de 2016 y además de las penas de cárcel la fiscal del caso pidió que se le condene a tres años de privación del permiso de conducir y al pago de 205.000 euros en indemnizaciones a la viuda del motorista y a la madre y tres hermanas de la víctima. La petición de indemnizaciones de la acusación particular fue superior, más de 222.000 euros.

Por su parte, la defensa pidió la absolución del acusado al considerar que no fue una imprudencia grave y, aunque reconoció que el procesado se saltó un semáforo al confundirse y creer que estaba en verde, planteó que el motorista también cometió una imprudencia al circular a una velocidad inadecuada.

El accidente ocurrió sobre las 23.35 horas del 1 de julio de 2016 en la avenida de Dénia. Un Volkswagen Tuareg ocupado por el acusado y su familia salió del establecimiento McDonald's y se incorporó a la avenida en sentido Valencia cuando el semáforo estaba en rojo. Hacia Alicante circulaba en ese momento una motocicleta cuyo conductor no tuvo capacidad de maniobrar para esquiva el coche al irrumpir de repente el vehículo. Resultó gravemente herido y murió horas más tarde en un centro hospitalario.

Acusación

La fiscal señaló ayer en su informe que los testigos han dejado claro que el semáforo estaba en verde para el motorista fallecido y destacó que el conductor iba descuidado. Señaló además que, pese a lo alegado por el acusado de que había mala visibilidad de la señal semafórica, «se podía ver perfectamente que el semáforo estaba en rojo».

Por otro lado, la representante del Ministerio Público explicó que la velocidad de la moto, que circulaba a más de 80 en un tramo regulado a 50 kilómetros por hora, es «irrelevante» en este caso al considerar que la causa inmediata de la muerte del motorista fue la «negligencia» e imprudencia del conductor del coche.

La acusación particular se sumó a la tesis de la Fiscalía y también mantuvo que fue una conducta imprudente grave al no respetar el semáforo y que la velocidad no es relevante porque también podría haber fallecido aunque circulara a 50 kilómetros por hora.

El abogado defensor indicó que la regulación semafórica del cruce es deficiente y que el conductor se confundió. Además destacó que circulaba a 12 kilómetros por hora y planteó que «alguien que va a cometer una imprudencia no va a esa velocidad».

Los policías locales que declararon ayer en el juicio aseguraron que los semáforos funcionaban correctamente el día del accidente y que es difícil confundirse salvo que tengas un despiste.

Los agentes coincidieron en relacionar la confusión con una falta de atención por parte del conductor procesado e insistieron en que se podía ver perfectamente si el semáforo estaba en rojo o en verde.