La militar que denunció en marzo de 2016 a su superior inmediato por abusos sexuales ha siso despedida por el Ministerio de Defensa tras un informa del Tribunal Médico que asegura que ya no es apta para desempeñar su puesto en la en la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada, en Sangonera la Seca (Murcia), una infraestructura integrada en la Base Aérea de Alcantarilla. Así lo confirmó ayer el abogado de la mujer, Antonio Suárez-Valdés, quien ha señalado que han tenido conocimiento de esta decisión a través de una publicación en el Boletín Oficial de Defensa, sin que se le haya notificado a la afectada, que con esta decisión se quedaría sin empleo, sueldo, ni ningún tipo de prestación por desempleo. En el momento en que esa notificación sea efectiva,ya que «están escondiendo esta resolución, pues la propia interesa la ha pedido sin que se le haya facilitado», añadió el letrado, se interpondrá el pertinente recurso a lo que consideran «un atropello en toda regla», ya que a la traumática situación que tuvo que vivir en su estancia en la base limitar, se suma ahora el hecho de quedarse sin su puesto, sin ingresos y sin ningún tipo de derecho.

A esto hay que sumarle los problemas de salud, pues está de baja desde que en marzo de 2016 decidió denunciar unos hechos que ya había comunicado a sus superiores, sin que se hubiese hecho nada. Tan solo se activó el protocolo de acoso sexual cuando la militar, harta de la situación, fotografió a su superior masturbándose delante de ella, y le enseñó esta fotografía a los responsables militares, después de haberles comunicado en varias ocasiones la situación y desesperada por el hecho de que no se tomara ninguna determinación.

En su denuncia, la mujer expuso que los primeros signos de acoso por parte del subteniente al que denunció comenzaron nada más ingresar en el cuerpo militar, hace unos once años, y que los comentarios fuera de tono se iniciaron de forma inmediata. Las humillaciones fueron una constante, hasta el punto de que se producían casi a diario, según el testimonio de la mujer. La cosa empezó con comentarios vejatorios e insinuaciones, pero empeoró en las últimas etapas antes de denunciar, a raíz de que la destinaran a un puesto de trabajo en la misma oficina que el hombre al que denunció.

Se masturbaba

Entre otras cuestiones, la mujer relató que el hombre se masturbaba continuamente delante de ella en el lugar de trabajo que compartían cuando se quedaban a solas y que le proponía con reiteración tener relaciones sexuales en una casa que tenía cerca de la base militar, además de hacerle preguntas con carácter obsceno sobre su vida íntima y personal

La mujer relató a los agentes de la Policía Nacional de Elche lo que hasta ese momento había contado a sus superiores, sin éxito. La víctima aseguró que incluso comunicó a otros cargos superiores su situación y llegó a manifestar su disconformidad en alguna ocasión en la que se le ordenó que acompañara al hombre en desplazamientos fuera de las instalaciones de trabajo.

En todo este proceso, la denunciante aseguró que ha sufrido y sigue padeciendo un trastorno psiquiátrico a consecuencia del trato «degradante» al que se ha visto expuesta a lo largo de años.

Harta de la situación tomó una fotografía al hombre en un momento en el que él, en la oficina en la que estaban trabajando, le mostraba los genitales. Con esa imagen, consiguió que le dieran algo de credibilidad a sus denuncias internas, y se activó el protocolo de actuación ante casos de acoso sexual, según especifica la denunciante. De hecho, la imagen consta también en la denuncia que recibió el juzgado ilicitano, que dictó una orden de alejamiento y remitió el caso a la juez togado militar de Cartagena.