Dos años de prisión y tres de alejamiento y prohibición de comunicarse con su víctima. Esta es la condena que solicitó ayer la Fiscalía para una mujer de Vigo juzgada por un delito de coacciones a la nueva novia de su expareja, a la que bombardeó con centenares de llamadas telefónicas, miles de mensajes y numerosos correos electrónicos que le hacían la vida insoportable.

La vista oral se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo y la versión de la acusada, S.C.D., que carece de antecedentes penales, no convenció al Ministerio Público, que considera probado que emprendió "una acción de hostigamiento, tratando de imponer su presencia de manera insistente y reiterada mediante comunicaciones telefónicas, envíos sistemático de mensajería a través de WhatsApp y correo electrónico".

La prueba pericial computa un total de 72 correos electrónicos, 522 llamadas desde número oculto, 19 llamadas desde un teléfono fijo y 16 desde un móvil, así como 3.816 mensajes de WhatsApp recibidos en el móvil de la víctima en menos de un año, en concreto entre el día 1 de octubre de 2016 y el 31 de agosto de 2017

"Perdona que te moleste pero dónde dejaste tu dignidad como mujer? No se si el siquiatra le hace más falta a él o a ti, te quiere muy poco eh!... No sabes anda dónde te metes... Como puedes tragarte tantas babosadas... Lo tuyo después de todo es de desesperadas". Este es apenas el extracto de uno de los miles de mensajes que recibió la víctima. También la insultaba en su constante bombardeo: "Eres la mayor mierda de mujer que existe", llegó a escribirle.

Visitas al trabajo

La acusación pública sostiene, además, que dentro del mismo plan de hostigamiento la acusada realizó llamadas de teléfono y se presentó en el lugar de trabajo de la víctima para hablar con su jefe "sobre cuestiones personales de la denunciante", lo que conllevó algunas medidas de control específico en la empresa sobre la mujer coaccionada.

El objetivo de los miles de mensajes, siempre según la acusación, tenía la finalidad de coartar la libertad de la nueva novia de su expareja e impedirle el normal desarrollo de su vida.

Tras la declaración de la acusada, de la perjudicada y de varios testigos y peritos, la fiscal del caso mantuvo su acusación inicial y solicitó una pena de prisión de 2 años por un delito de coacciones, así como la prohibición de acercamiento de S.C.D. a una distancia inferior a 500 metros de la víctima, con la que tampoco podrá comunicarse por cualquier medio durante un periodo de tres años.

Un perito informático se encargó de explicar el seguimiento que llevó hasta los teléfonos utilizados por la acusada y también a las direcciones de los correos electrónicos que se le atribuyen. El juicio quedó visto para sentencia.