La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 22 años de prisión impuesta a un brigada de la Guardia Civil de La Vila Joiosa que en 2016 intentó acabar con la vida de una compañera, su marido y el hijo de ambos, de tres años de edad, vertiendo sustancias tóxicas en las comidas de la familia. Fue condenado, además, al pago de una indemnización de 20.000 euros al matrimonio por tres delitos de asesinato en grado de tentativa -uno de ellos agravado al ser la víctima menor de 16- un delito continuado de allanamiento de morada y otro contra la intimidad.

La Audiencia de Alicante le impuso 22 años de cárcel, en una resolución que confirmó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad y ahora lo hace el Supremo, tras rechazar los recusos de la defensa.

Los hechos probados relatan que el condenado entró en diversas ocasiones en el pabellón de la casa cuartel donde vivía la guardia civil, con una copia de las llaves que tenía en su poder, y con la intención de acabar con la vida de ella, de su marido y de su hijo, vertió sustancias tóxicas a las comidas de la familia, que desprendían olores fuertes y tenían un olor desagradable. El recurrente, según los hechos probados, se llevó también objetos personales de la mujer.

La sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Carmen Lamela, rechaza la alegación del condenado relativa a que no tenía ánimo de acabar con la vida de esas tres personas. La magistrada dice que «el conocimiento que podía tener el acusado de las dos sustancias utilizadas venía determinado por el uso por su familia y por él mismo como insecticida y como cebo para ratas y ratones, lo que evidencia es que conocía, no que su consumo fuera inocuo, sino, por el contrario, que su contenido era tóxico».