Totalán es en estos días Julen y no hay más en el pensamiento de cada uno de sus 700 vecinos. Así lo relataban este viernes multitud de personas en el bar del pueblo, en la panadería de la céntrica plaza de la Constitución, en el Ayuntamiento, en las obras del nuevo campo de fútbol o en la piscina municipal, el lugar donde hasta en invierno suelen frecuentar las familias para pasar horas en el restaurante.

«Todo Totalán se siente Julen, porque aunque la familia sea de El Palo y no la conozcamos, esto le podía haber pasado a cualquiera», expresa José Vázquez, vecino de 70 años de edad. «Lo estamos llevando muy mal. El pueblo está muy triste desde el domingo. Encima están encontrando pizarra, piedras y de todo. Aquí a los trabajadores les estamos ayudando en todo lo que podemos.Pero realmente no esperábamos algo así. Es el primer caso se ha dado en todo el mundo. Que se cuele un niño en 22 o 23 centímetros es algo increíble. Quién se lo iba a imaginar. Yo soy uno de tantos a los que no nos entra en la cabeza que haya pasado algo así", argumenta.

La leonesa Patricia Escancia, a sus 39 años de edad, es testimonio vivo de lo acogedor de este pequeño municipio de la comarca de la Axarquía más occidental. «Yo misma me vine a vivir aquí hace cuatro años y me siento extraordinariamente acogida. Vine por amor y ya soy una más», manifiesta.

Ella también ha tenido en estos días pesadillas. «Sueño que sacan a ese niño de la mano desde dentro del pozo. Desde el domingo casi no pego ojo. Lo estamos viviendo muy mal. Podría ser nuestro hijo, aunque yo no tengo hijos», señala. «Mi casa no la puedo ofrecer porque estoy en obras y no tengo sitio. Pero todos estamos ofreciendo cosas. Yo misma he llevado agua o refrescos», subraya.

El alcalde, Miguel Ángel Escaño (PSOE), remarcó que si algo caracteriza a los vecinos de su municipio «desde siempre, es por su solidaridad». Y como prueba remarcó que a los padres, ante el «gran riesgo de desprendimientos que en el lugar donde estaban había, se les realojó en un chalet de veraneo de una vecina, Ángela Alcaide, a las afueras del pueblo y cerca del propio pozo», expresó.

«También quiero agradecer ese gran apoyo que además de los vecinos de Totalán están proporcionando los de la barriada malagueña de Olías. Soy enfermero y al no estar liberado como alcalde, y no espero estarlo nunca, compagino mi profesión con el cargo. Yo mismo paso consulta en los dos pueblos y sé cómo de generosos son todos mis pacientes», indicó.

Ayer, por ejemplo, la familia de Julen volvió a recibir alimentos de estos vecinos: «Han cenado croquetas, tortilla de patatas, puchero y empanadas», apuntó. En ese relato coincidía con otra vecina de Totalán, Mari Carmen Pradas, que se dirigía a media tarde hacia las inmediaciones del pozo con zumos y comida para los voluntarios.

«Esperemos que todo pueda salir bien», señalaba. «Nos ponemos en el caso de la familia porque tenemos hijos y nietos de esa edad», matizaba esta mujer de 52 años, la misma edad de Alfredo Alcaide. En el caso de este otro vecino de la localidad «que Totalán sea noticia mundial por esto es muy doloroso». A su lado, José Alcaide, de 72 años, asentía y apostillaba: «Sufrimos como si fueses Julen uno de nosotros. Pero es algo lógico, ante una situación extrema».