La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia juzgado ayer un caso de violación grupal ocurrido un descampado de Manises en la madrugada del 25 de junio de 2016, donde tres jóvenes se llevaron en un coche a una mujer de 40 años para, aprovechando su estado de embriaguez y que estaba bajo medicación por una depresión, forzarla presuntamente a tener sexo. El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de los tres acusados una pena de trece años de prisión por un delito de agresión sexual y un año y ocho meses más por el delito de robo con violencia en grado de tentativa, ya que una vez logró salir corriendo su víctima, trataron de arrebatarle el bolso pegándole un tirón desde el vehículo.

Los tres procesados, de 22, 23 y 32 años, solicitaron declarar al final de las declaraciones testificales, lo cual no es habitual porque les permite escuchar previamente aquello que pueda incriminarles pero que contempla la Justicia española en beneficio de una mayor garantía para las defensas. Así, una vez escuchado el relato realizado por la víctima, que incurrió en contradicciones e incoherencias, solo uno de ellos reconoció haber tenido sexo con ella esa noche, según él con el consentimiento de ésta, mientras que los otros dos negaron cualquier tipo de contacto sexual con la misma.

«Fue ella quien se subió encima mía de repente como una loca», alegó el joven, que tiene una discapacidad del 65 % e iba sentado en el asiento trasero con la mujer. Sus dos compañeros manifestaron que habían salido del coche para ir a mear y que cuando regresaron ni siquiera abrieron la puerta al ver a través del cristal que estaban «liados». «Les dejé el coche para follar y mira en el lío que me han metido, además me lo mancharon», apuntó el dueño.

Los tres amigos habían conocido esa noche a la víctima, a quien se encontraron bebiendo cerveza sentada en un banco cerca de una discoteca de València. La agredida explicó que había discutido esa noche con su pareja. «Estaba con mis problemas y mis cosas y quería salir para evadirme», relató la mujer, quien se subió voluntariamente al vehículo creyendo que iban a seguir la fiesta en otro lugar. Un acusados dijo que iba visiblemente ebria y que les pidió droga.