n Con una «gran preocupación» recibió ayer el abogado Javier Sández-Vera, defensor de Miguel López, el auto del magistrado José Luis de la Fuente en el que acuerda abrir juicio oral a su cliente por el asesinato de su suegra, María del Carmen Martínez.

Sin ocultar su contrariedad por la decisión del instructor, el letrado aseguró que esto «puede ser el principio de un grave error judicial». Y apoyó su afirmación en el hecho de que «muchos de estos errores comienza enviando a juicio a alguien que no tiene que ser juzgado porque no hay pruebas contra él». Punto en el que recordó a Dolores Vázquez, la mujer falsamente acusada y condenada por el crimen de Rocío Wanninkhof, con cuya madre había mantenido una relación sentimental. «Pese a la ausencia de pruebas», recordó el letrado, «Vázquez fue condenada a por un jurado popular a 15 años». Poco antes de que se repitiera el juicio se detuvo al verdadero responsable, Tony King, quien había matado a otra chica a pocos kilómetros del crimen de Wanninkhof y por eso se relacionó.

Sánchez-Vera se quejó de que el juez «no haya hecho mención a las diligencias que exculpan» a Miguel López, como «la aparición de un ADN de origen desconocido en el escenario del crimen o el resultado negativo de la prueba de la parafina», concretó. Y que «se le pretenda meter en la cárcel por cómo da la zancada», apuntó el letrado en relación a lo recogido por el juez en el auto en cuanto al modo en que el acusado llegó a su casa procedente de Novocar, el establecimiento de automoción donde se cometió el crimen, dando grandes zancadas, y la tranquilidad con la que regresó al negocio que regentaba cuando fue avisado de que el suegra había sido tiroteada.

La defensa de López restó también validez al móvil económico que señala el juez como desencadenante del crimen, el grave enfrentamiento en el seno de la familia por el control del holding empresarial. «El magistrado ha comprado la tesis de basta con tener un móvil para matar, que si tienes un motivo, matas. Pero desavenencias tenían todos, lo que único que ocurre es que Miguel estaba allí», se quejó.

Javier Sández-Vera lamentó no haber sido capaz de convencer al magistrado De la Fuente de que su cliente no es responsable del asesinato y achacó gran parte de la culpa de lo que él considera el germen de un futuro «error» judicial a «los fallos de un sistema procesal que a poco que haya hace que se envíe a juicio. Un problema que se agrava a tratarse de un jurado popular cuyos miembros pensarán que algo habrá el acusado cuando el tema ha llegado a juicio», dijo.