Tras el alarmante déficit de comisarios que por jubilaciones o traslados venía arrastrando la Comisaría Provincial desde hace tiempo sin que esas vacantes se sacaran a concurso, la Dirección General de la Policía acaba de destinar a la provincia a cinco recién ascendidos para reforzar una plantilla tan necesitada de mandos intermedios como de un revulsivo. Unos nombramientos inusuales en cuanto al número y que, de entrada, han sido bien acogidos, especialmente en el caso de los tres comisarios procedentes de la provincia, Manuel Lafuente, Matías Hernández y Ceferino Serrano, a quienes una buena parte de los efectivos no solo conocen, sino de los que tienen buenas referencias tanto profesionales como personales.

Lafuente, jefe de la Policía Autonómica en Alicante los últimos cinco años, es desde ayer el número dos de la comisaría que dirige Alfonso Cid y a donde él llegó procedente de Baracaldo y Bilbao en el 2000. En este tiempo ha pasado por el grupo de estupefacientes hasta su ascenso a inspector jefe, momento en el que se hizo cargo del gabinete de prensa durante dos años para dirigir después la Brigada Provincial de Información a lo largo de nueve. De ahí saltó a la Unidad Adscrita de la Comunidad en Alicante que está dirigida ahora provisionalmente por el inspector José Antonio Fernández de la Dueña hasta que designe al sustituto de Lafuente.

Brigadas de peso

Desde la jefatura de la comisaría de Orihuela y para dirigir una de las brigadas de peso, la de Policía Judicial, llega el comisario Matías Hernández. Otro conocido de la casa en la que en 1999 se hizo cargo del grupo de delincuencia internacional y después del de delincuencia especializada, donde estuvo ocho años hasta su ascenso a inspector jefe. A su cargo tendrá ahora la UDYCO (Unidad de Drogas y Crimen Organizado), la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) y los grupo de blanqueo, delitos tecnológicos y delincuencia económica, lo que se venía conociendo como UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) aunque no esté reconocida en el catálogo de puestos de trabajo de esta comisaría.

De la cantera es también Ceferino Serrano, quien de la comisaría de Elche se marcha a la Local de Benidorm para dirigirla. En el Cuerpo desde 1982, se hizo cargo de la Unidad de Prevención y Reacción de la Comisaría de Alicante donde estuvo diez años hasta que ascendió a inspector jefe y se hizo cargo de la Brigada de Seguridad Ciudadana de Elche. Fue uno de los policías afectados por el atentado de Eta en el hotel Bahía del 2003, por lo que se le reconoció con la orden al mérito policial con distintivo rojo.

El hecho de que estos tres comisarios procedan de la provincia, donde están asentados desde hace tiempo, es otro de los aspectos que valora una plantilla contraria a que mandos destinados a Alicante vengan como paso previo a otros destinos. Una previsible continuidad que podría incluso influir también en el modo de relacionarse con ellos por parte de Cid.

De este quinteto de comisarios dos son los que vienen de fuera, aunque aún no se han incorporado: Andrés Gómez Gordo y Félix de la Riva. Éste último, destinado a la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, ha pasado por la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, por la División de Formación y Perfeccionamiento y por el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) que dirigía el comsisario principal José Luis Olivera.

El más polémico es Gómez Gordo, que viene como responsable de Seguridad Ciudadana y entre sus puestos en el Cuerpo figura el de jefe de prensa y relaciones públicas de la Jefatura Superior de Madrid y la Jefatura de Sección de la Comisaría General de Policía Judicial.