Un preso interno en Alicante Cumplimiento (prisión de Fontcalent) mordió ayer martes en la espalda a un funcionario cuando trataba de tranquilizarle. Según han informado fuentes del sindicato de prisiones ACAIP a Europa Press, los hechos se produjeron a las 16.30 horas cuando el presunto agresor "que sufre supuestamente trastornos psiquiátricos, se encontraba muy nervioso y golpeaba con patadas la puerta que da acceso al departamento de ingresos".

El único funcionario de servicio en el módulo intentó ponerse en contacto con otros compañeros "a través del 'walkie', pero no funcionaba". Finalmente, el jefe de servicios, acompañado de otro funcionario, accedió al departamento por la puerta exterior y ya en presencia de estos se abrió la puerta que golpeaba el interno.

Debido al estado alterado que presentaba hubo que "contenerle y sujetarle para intentar calmarle". En el forcejeo, comenzó a lanzar mordiscos, uno de los cuales alcanzó a un funcionario en la espalda que sufrió un "desgarro" porque "le atravesó la ropa".

El interno, una vez más tranquilo, fue trasladado a la galería de aislamiento del módulo 2 y el funcionario tuvo que ser atendido en urgencias del hospital Vistahermosa. El sindicato ha recordado que las mordeduras es "muy peligrosa por las graves infecciones que puede causar por los gérmenes que hay en la boca".

Desde Acaip han vuelto a denunciar la falta de personal en las cárceles de Alicante y la masificación que hay en los módulos, que provoca situaciones de riesgo para los trabajadores e internos. Además, han advertido de la falta medios materiales para hacer frente a este tipo de situaciones.

En ese sentido, han calificado este año 2018 que termina como un "año negro" y han recordado que se han producido cinco incidentes graves, que empezaron con los que se registraron el pasado 4 de enero, día en el que un interno agredió a un funcionario e intentó tirar por las escaleras a otra funcionaria.

Acaip ha sostenido que los funcionarios llevan 20 meses protestando y organizando huelgas y movilizaciones para exigir que los trabajadores de las prisiones puedan adquirir carácter de autoridad para que las agresiones sean consideradas "delitos de atentado y no incidentes regimentales dentro de la prisión".