De estudiante modelo a interno preventivo de un centro de menores. Desde el pasado mes de agosto, un joven de 17 años de nacionalidad permanece encerrado en el centro La Villa de Villena tras su detención en el momento en que regresaba a su país después de haber pasado las vacaciones de verano en un pueblo de la Marina Alta y ser denunciado por presuntos abusos sexuales por otras dos menores británicas con las que estuvo bebiendo vodka en la piscina de su urbanización la mañana de su partida. Como consecuencia de los problemas derivados de la incomunicación por el idioma, los choques con otros internos y la separación de la familia, sus abogados en España, Jordi Llopis y Salvador Juan Estevan Soler, han presentado varias denuncias para alertar de su situación al considerar que «se han vulnerado sus derechos con una medida tan drástica como el internamiento».

Las fuentes consultadas por este diario en el Palacio de Justicia de Alicante señalaron que «se trata de una denuncia por hechos muy graves, por los que cualquiera sería internado tanto en España como en Holanda», mientras que también se valora el riesgo de fuga, al residir el joven en un país extranjero. En los informes de la fiscal se incide en que no se opondría a que la pena se cumpliera en su país cuando una vez que haya sentencia firme. En estos momentos, la causa está todavía en fase de investigación en la Fiscalía, que tiene un plazo de seis meses para completarla, y se está a la espera de los resultados del análisis de ADN. También está tramitándose un recurso ante a la Audiencia Provincial sobre petición de libertad para el menor y está pendiente que la Fiscalía de Menores emita un informe.

Las dos víctimas denunciaron que el joven habría abusado sexualmente de ellas la mañana del 16 de agosto de este año tras haberlas emborrachado con vodka mientras estaban en la piscina de la urbanización donde habían pasado las vacaciones. Por su parte, el menor aseguró que todo lo que ocurrió fue consentido. Que conoció a las dos chicas la noche antes y que habían quedado esa mañana en la piscina para despedirse, bebiéndose juntos una botella de vodka. Según su versión, estuvo besándose con las dos y llegó a hacer tocamientos a una de ellas, pero no llegaron a más porque llegó su hermano a buscarle porque tenían que irse a coger el avión.

El internamiento en un centro de menores del joven ha estado marcado por varios incidentes, por lo que sus abogados han presentado denuncia de malos tratos por las condiciones en las que está internado. «Mi hijo está perdiendo la cabeza en el centro La Villa. Ha intentado arrojarse al vacío desde el tejado del centro. Le tienen aislado, llora todo el tiempo en su habitación o escondido en el baño. Me ha dicho que sufre crisis de ira, tres al día por lo menos. Cuando eso ocurre, golpea su puño en la pared solo para sentir el dolor, hasta dejar los nudillos ensangrentados», relata el padre del menor en la denuncia presentada.

En ella, se cuenta el aislamiento que sufre al no tener a nadie que hable su idioma, el neerlandés, y encerrado con jóvenes condenados por delitos que han llegado a agredirle, así como sufriendo castigos por motivos que considera arbitrarios. En este tiempo ha llegado a iniciar una huelga de hambre. Desde su defensa se considera que se trata de una denuncia falsa y que se tendrían que haberse valorado otras medidas menos drásticas. Los abogados han pedido que se investigue una solicitud de amistad de una de las presuntas víctimas en una red social que le llegó al menor con posterioridad a los hechos.