Agentes de la policía judicial de la Guardia Civil han encontrado sangre en la casa okupada de Sant Antoni donde estuvo alojada unos días Nuria Ester Escalante, la alicantina de 52 años de edad cuyo rastro se perdió en la isla el 31 de octubre, confirmó ayer su hijo mayor, Aarón Berenguer.

Los investigadores tomaron muestras de tejido al hijo de la desaparecida con el fin de cotejar el ADN, y permanecen a la espera de los resultados con el fin de conocer si la sangre es de Escalante. Por otra parte, está previsto que hoy por la mañana declaren en el juzgado de guardia los cuatro hombres detenidos el lunes por la noche en relación con la desaparición de la mujer.

Ayer por la mañana, la puerta de la estancia de la casa okupada en la que estuvo Escalante y donde se encontró la sangre estaba cerrada con un candado. En la habitación de al lado, también okupada, un hombre explicó ayer que la mujer estuvo allí unos días y que había dejado su equipaje con el fin de pasar a recogerlo, algo que nunca llegó a hacer. En este lugar vivió también, según la escasa información que ha trascendido sobre el caso, uno de los cuatro detenidos. Los agentes de la Guardia Civil arrestaron a cuatro hombres de diferentes nacionalidades (italiano, uruguayo, argentino y polaco), con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años.

Plazo de 72 horas

Los investigadores han agotado el plazo de legal de 72 horas antes de llevar a los arrestados ante el juez. Declararán ante el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Ibiza, que tutela la investigación y que, casualmente, esta semana está en funciones de guardia.

Esta semana la Guardia Civil, que centra la búsqueda de la mujer en Sant Antoni, ha rastreado con un perro los alrededores de la casa donde estuvo Escalante, sin resultados. El inmueble está situado frente a un supermercado, en un descampado ubicado junto a la rotonda de entrada al municipio de Sant Antoni.

Los agentes también rastrearon las fincas del otro lado de la carretera, junto al camping de Sant Antoni, que ahora está cerrado, y en especial en el cauce de un torrente de la zona.

En cualquier caso, los investigadores tienen claro que la mujer no desapareció de forma voluntaria y que fue víctima de algún tipo de violencia, cuya naturaleza por el momento se desconoce.

El hijo mayor de Escalante, que tiene 23 años de edad, manifestó ayer que sospecha que su madre ha podido ser víctima de un homicidio, algo de lo que, por el momento, no se ha informado oficialmente. «Lo que creemos es que podría haber tenido una discusión con alguien y que la cosa acabara mal», explicó Berenguer.

Añadió que su madre no conocía a los cuatro detenidos de sus visitas anteriores a la isla. «Al parecer, uno de ellos es conocido de mi hermano pequeño [que tiene 21 años de edad]», dijo.

Escalante llegó a Eivissa a finales del mes pasado con el fin de buscar trabajo. Otros años había trabajado en la isla en el sector de la hostelería y como vigilante de seguridad, al parecer en el aeropuerto. Todo hace pensar que, teniendo en cuenta lo difícil que es conseguir vivienda en la isla, la mujer acabó en una casa okupada, donde habría conocido a los arrestados por la Guardia Civil.

El pasado lunes, la Guardia Civil registró una casa de la calle Pablo Picasso de Sant Antoni donde se sospecha que también se alojó la mujer. Allí los agentes arrestaron a otro de los cuatro sospechosos.