Agentes de la Guardia Civil de Ibiza realizaron ayer varios registros en la zona de Sant Antoni para buscar pistas sobre la desaparición de Nuria Ester Escalante, la mujer santjoanera de 52 años, cuyo rastro se perdió en la isla hace casi un mes. La Guardia Civil tiene claro que no fue una desaparición voluntaria y sospecha que la mujer fue víctima de algún tipo de violencia.

Los investigadores de la policía judicial y de otras unidades de la Guardia Civil de Ibiza registraron ayer por la mañana una casa okupada situada en la rotonda de entrada a Sant Antoni, donde se encuentra el Lidl. También rastrearon varios descampados de esta misma zona. De igual forma registraron una vivienda de la calle Pablo Picasso de Sant Antoni, para lo cual los agentes cortaron al tráfico unos cien metros de esta calle.

Por el momento, no hay novedades, informaron desde la oficina periférica de comunicación de la Guardia Civil. Además de la policía judicial, participaron en este gran despliegue agentes de la Unidad Especial de Seguridad Ciudadana (Usecic), del equipo de Criminalística y del Grupo Especial de Acividades Subacuáticas (GEAS). También utilizaron un perro especializado y picaron con herramientas en algunas zonas de la azotea del edificio de Pablo Picasso.

Escalante está desaparecida desde el pasado 31 de octubre. Viajó a Eivissa hace casi un mes para buscar trabajo y se alojó en casa de un amigo de uno de sus hijos, que manifestó a la familia que no sabía nada de ella desde esa fecha. La búsqueda comenzó en Sant Antoni, donde ayer continuó, ya que es la zona que solía frecuentar la desaparecida.

No es la primera vez que Escalante viajaba a la isla. En años anteriores había trabajado en Eivissa en el sector hostelero y también como vigilante de seguridad (al parecer, en el aeropuerto). El juzgado que investiga el caso ha decretado el secreto del sumario. Hace unas dos semanas, después de días de búsqueda de la mujer, los investigadores de la Guardia Civil encontraron el equipaje completo de Escalante en casa de una persona a quien ella se lo dejó con la intención de regresar a recogerlo.

«Pero nunca volvió a por él, y ahí está todo, incluido el líquido de las lentillas, por lo que creo que el caso pinta mal», explicó entonces el hijo de la mujer desaparecida. Escalante tiene dos hijos que viven en Sant Joan. Aarón, que tiene 23 años de edad, y otro menor de edad. El mayor seguió en la isla la investigación de la policía judicial y el martes de la semana por la mañana regresó a Alicante para atender asuntos personales.

Aarón dijo el martes que pensaban que los agentes de Ibiza encontrarán el rastro de la desaparición de su madre y que conseguirán dar explicación a lo ocurrido.