«Si vuelvo con mi padre me escaparé y seguiré robando». Así de claro fue un menor de 16 años quien se presentó voluntariamente en una comisaría de València en la madrugada del pasado viernes para confesar una larga lista de robos con fuerza de la que aseguraba ser el autor, entre ellos un robo en una inmobiliaria cometido esa misma noche. El adolescente pidió expresamente a los agentes que lo encerraran en un centro de menores pero que, por favor, no le hicieran regresar al domicilio familiar ya que la relación con su padre es muy conflictiva.

«Quiero que me encierren, estoy harto de mi padre y voy a seguir robando», explicó el menor, de nacionalidad española, y a quien se le atribuyen más de una decena de delitos, principalmente robos con fuerza en establecimientos del valenciano barrio de Rascanya. Concretamente, y según los datos que él mismo fue dando, y que solo podía conocer el presunto autor o sus cómplices, ha robado en los últimos meses en una inmobiliaria, una tienda de patinetes, una farmacia, una peluquería y una tienda de alimentación, entre otros comercios.

De hecho, el menor aseguró que prácticamente «todas las noches salgo a robar», según relató a los agentes, que ya estaban tras su pista por el robo frustrado en una inmobiliaria de la calle Duque de Mandas de València, donde un testigo vio salir corriendo a un grupo de jóvenes.

«El de la inmobiliaria he sido yo, las dos veces», puntualizó el menor, haciendo referencia a otro robo ocurrido hace un mes en este mismo negocio. En aquella ocasión éste y sus compañeros de fechorías, de los cuales no ha querido dar nombres, sustrajeron ordenadores, una cámara de fotos y 400 euros en metálico.

El pasado viernes 16 de noviembre volvieron a forzar la persiana para acceder al interior, pero no lograron botín alguno ya que la empresa había instalado un difusor de humo como medida de seguridad, sistema que salta en caso de robo para dificultar la visión de los ladrones.

Agentes de la comisaría de Exposición, donde se entregó el menor, realizaron diversas averiguaciones para saber si aquello que decía era cierto y pudieron establecer una larga lista de robos en los que presuntamente habría participado. Entre ellos figura una tienda de alimentación y una peluquería de la calle San Juan Bosco. El adolescente afirmaba también haber forzado con una ganzúa un coche, el robo de una farmacia, así como el llevarse motos que se usaban en tirones.