La mujer que supuestamente mató a un niño autista de 8 años en Elda no tenía ninguna alteración mental. El examen psiquiátrico a la encarcelada por acabar con la vida del hijo de acogida de su compañero sentimental, crimen registrado en agosto de 2017, descarta alteración alguna de tipo mental y le considera plenamente imputable en el crimen.

Fuentes próximas al caso desvelaron que el examen forense se le practicó en los últimos días de octubre y concluye que la investigada, Alejandra G.P., de 31 años y con discapacidad auditiva, no tiene alteradas sus facultades volitivas ni intelectivas. La prueba pericial había sido solicitada tanto por la Fiscalía como por la defensa, y es una de las últimas diligencias que quedaban en la instrucción antes de que las acusaciones presenten sus conclusiones provisionales.

A partir de ese momento, el juez Primera Instancia e Instrucción número 2 de Elda decidirá, presumiblemente, la apertura de juicio oral que, con toda probabilidad, se celebrará ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Alicante.

La presunta asesina fue detenida en su domicilio de Elda el pasado 31 de mayo por agentes de Homicidios de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) por el estrangulamiento del pequeño Dominique, que estaba tutelado por la Generalitat Valenciana y había sido dado en acogimiento al novio de la detenida, Daniel Faus, y a la anterior pareja de éste, Penélope Martínez.

El homicidio se había producido nueve meses antes, el 30 de agosto de 2017, en otro piso de Elda, donde el niño se hallaba ese día, sobre las 20 horas, al cuidado de la novia de su padre de acogida.

Alejandra G.P. aseguró entonces a la Policía que dos individuos con cascos y prendas de motorista les habían asaltado en el rellano del edificio para obligarles a entrar de nuevo a la vivienda a la fuerza antes de maniatarles y colocarle una bolsa en la cabeza.

Añadió que le propinaron varios golpes y que llegaron, incluso, a realizarle tocamientos de tipo sexual antes de darse a la fuga, aunque posteriormente las pesquisas policiales descartaron la participación de terceras personas y apuntaron que Alejandra G.P. le había estrangulado con la propia camiseta que vestía.

Tras su detención, en su declaración ante la instructora, se retractó de sus anteriores manifestaciones como testigo y afirmó que el pequeño había muerto al atragantarse mientras comía un trozo de jamón.

Cuando se produjeron los hechos, la detenida contaba con hijo pequeño fruto de una relación anterior y estaba embarazada del padre del niño fallecido, del que dio a luz meses después y antes de que se produjera su arresto.

Alejandra G. P. podría ser acusada de un asesinato con alevosía cometido contra una víctima de especial vulnerabilidad, un delito que comporta actualmente la pena de prisión permanente revisable.