No es la primera vez que un barco de Santa Pola rescata inmigrantes en aguas internacionales. Y paradójicamente ha sido «Nuestra Madre de Loreto» el pesquero que se ha visto inmerso en más de un caso similar, por el que sus tripulantes y su patrón han sido reconocidos como auténticos héroes. La última vez que esta embarcación rescató el 13 de junio de 2007 a 26 inmigrantes, uno de ellos ya fallecido, que ocupaban una patera a la deriva a 90 millas de Trípoli (Libia). Un año antes, otro buque, el «Francisco y Catalina», cuyo armador también resultó ser José Dura, estuvo retenido durante dos meses en Malta con 51 inmigrantes, que habían sido rescatados de un cayuco que viajaba a la deriva.

Entonces, José Durá, aseguró no estar dispuesto a dejar «morir a nadie, pero la poca colaboración hace que te lo pienses». El armador lamentó que en estas situaciones, «los que se meten en estos berenjenales» son los que pagan las consecuencias y criticó la falta de información entre los gobiernos.

José Luis Sestayo, el patrón del pesquero «Nuestra Madre de Loreto» afirmó en 2007 cuando rescataron a Libia a los 26 inmigrantes, que había que «tener un estómago muy grande para hacer una para «tirar una persona al mar». La historia del «Francisco y Catalina» ha sido llevada incluso hasta el cine. La odisea que vivieron los marineros santapoleros y los problemas que pusieron las autoridades de Malta para desembarcar fueron el detonante para que el director Manuel Menchón quisiera plasmar esta emotiva historia en un documental. La solidaridad demostrada por los pesqueros de Santa Pola, al rescatar a inmigrantes ha sido merecedora de varios reconocimientos por parte del Gobierno español.

Esta vez, el barco santapolero, que desde el jueves está «abandonado» en altamar, con 12 inmigrantes, partió desde el puerto de la villa marinera hace un mes para faenar y capturar marisco, de cara a la temporada alta de Navidad.