La última de las cuatro jornadas consecutivas de huelga en las prisiones de la provincia concluyó con la intervención de la Guardia Civil para desalojar al piquete que bloqueaba el acceso a la prisión de Villena e impedía el acceso de los servicios mínimos, según denunciaron fuentes sindicales. En Fontcalent la Policía llegó a desplegarse por la tarde para despejar la entrada, pero al final no intervinieron y se permitió que continuase el bloqueo que impedía acceder al personal de servicios mínimos. Los sindicatos han dado un plazo de 72 horas a Interior para que se siente a negociar mejoras laborales y salariales y de lo contrario retomarán medidas de presión.

La intervención de los antidisturbios de la Guardia Civil, que no había recibido órdenes en los tres días anteriores de huelga para despejar la entrada, se llevó a cabo a primera hora de la tarde para facilitar la entrada del personal de servicios mínimos. Los funcionarios en huelga estaban sentados en la carretera de acceso al centro penitenciario y los agentes procedieron a desalojarlos, sin que se registraran daños personales.

Una vez desbloqueada la entrada el personal de servicios mínimos accedió al centro penitenciario y la Guardia Civil se desplegó para evitar que los funcionarios cortasen de nuevo la puerta de la prisión.

Este no fue el único incidente en Villena. La plataforma sindical formada por CSIF, USO-ACAIP, UGT y CC OO denunció ayer que el pasado lunes por la mañana un grupo de internos del módulo de presos peligrosos y reincidentes «rodeó a los escasos funcionarios que prestaban servicio en ese momento como protesta por la suspensión de las comunicaciones familiares a causa de la huelga de funcionarios, llegando incluso a encararse con ellos de forma agresiva».

Los sindicatos afirman que la llegada de «la mayoría de los funcionarios que estaban disponibles en el centro en ese momento, mandos, jefe de servicios y director, hizo que se pudiese calmar una situación que tuvo momentos muy tensos». Desde la plataforma sindical destacaron que «la excelente reacción de la plantilla, a pesar de estar obligados a continuar el servicio después de haber trabajado en el turno de noche, evitó que la situación se agravara».

Por contra, en la prisión de Fontcalent la entrada estuvo bloqueada desde primera hora de la mañana hasta anoche. La Policía Nacional no llegó a intervenir para facilitar el acceso del personal de servicios mínimos, ni el del turno de mañana ni el de la tarde.

Sobre las cinco de la tarde se personaron varios furgones policiales y aunque los agentes les comunicaron que debían desalojar la entrada al final se retiraron bajo la promesa de que a las 21 horas despejarían la zona para que entrara el personal del turno de noche. A esa hora hicieron un pasillo y dejaron entrar al personal de la noche y luego recibieron con aplausos a los funcionarios que estuvieron 24 horas de servicio continuo. La huelga concluyó a las diez de la noche.