Un informe de identificación lofoscópica elaborado por la Policía Científica de Elche ha demostrado que un hombre de 41 años detenido el pasado mes de julio por malos tratos a su expareja y un delito contra la intimidad presuntamente espió a la mujer con dos cámaras ocultas que presuntamente puso antes de marcharse del domicilio cuando se separaron.

El hombre negó cualquier relación con las cámaras tras ser detenido, aunque en una discusión con su exmujer llegó a confesarle dónde estaba una de ellas.

El estudio sobre una segunda cámara descubierta en un aparato de aire revela que las huellas dactilares se corresponden con las del excompañero de la denunciante.

La mujer denunció los hechos en la Comisaría de Elche a mediados del pasado mes de julio y la Policía Nacional arrestó por un delito contra la intimidad y violencia de género al excompañero, aunque quedó en libertad tras prestar declaración.

Según la denuncia presentada en Elche por la víctima, mantuvo una relación sentimental durante cuatro años con un hombre, con el que tiene un hijo en común de dos años y medio. Antes de separarse, la mujer asegura que en una ocasión le dio un fuerte empujón cuando llevaba a su bebé en brazos y cayó contra el sofá.

Skype oculto

Asimismo, indicó que casualmente descubrió que alguien había instalado en su ordenador un Skype oculto y aunque sospechó de su expareja éste se lo negó.

Tras finalizar la convivencia la mujer se dio cuenta de que su expareja tuvo conocimiento de encuentros que había tenido en su domicilio e incluso de conversaciones que tenía por teléfono. Ella estaba muy extrañada y decidió emplear una aplicación para ver qué dispositivos estaban conectados a su red wifi. Así vio que había dos cámaras conectadas y cuando le pidió explicaciones a su expareja mantuvieron una fuerte discusión en la que el hombre le confesó dónde estaba una de las cámaras.

La segunda cámara no la encontró inicialmente, pero la mujer cambió de compañía de internet con el fin de desactivarla. Pese a ello, su expareja presuntamente aprovechó una visita a la casa para cuidar al hijo para obtener la nueva contraseña, ya que la mujer detectó que había de nuevo dos cámaras de vídeo conectadas a su red. La denunciante afirma que se sentía muy acosada e intimidada porque su expareja conocía todo lo que ocurría dentro del domicilio. Además presuntamente la acosaba con mensajes de WhatsApp y llamadas.

La víctima, que acabó teniendo miedo de salir sola a la calle porque su expareja es muy celoso, se decidió a denunciarlo ante la Unidad de Atención a la Familia (UFAM) de la Policía Judicial de Elche y pidió una orden de alejamiento. La segunda cámara fue localizada dentro de la carcasa de un aparato de aire y la Policía Científica pudo extraer huellas de la expareja de la denunciante.