Durante años violó presuntamente de forma repetida a sus dos hermanas pequeñas, desde que éstas apenas contaban con siete u ocho años de edad, así como a una prima, también menor de edad, aprovechando que acudía con frecuencia a casa de sus tíos, en un municipio de la Ribera cuyo nombre omite este periódico para preservar el anonimato de las víctimas. El acusado por estos hechos se sentó ayer ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València para responder por sus delitos. El Ministerio Fiscal solicita para él una pena de 45 años de cárcel, concretamente quince años de prisión por cada uno de los tres delitos continuados de agresión sexual con acceso carnal.

El juicio se celebró ayer a puerta cerrada por expreso deseo de la Fiscalía, para proteger a las víctimas, que ahora tienen entre 18 y 20 años. Según ha podido saber INFORMACIÓN, su relato de lo ocurrido, en el que detallaron las agresiones y el padecimiento durante años, fue tan desgarrador y clarificador que la fiscal solicitó que se acordara inmediatamente su ingreso en prisión provisional a la espera de la próxima sesión de la vista oral.

Según sostiene la Fiscalía, el procesado entraba en la habitación de sus hermanas pequeñas de forma continuada y por separado para saciar su ánimo libidinoso aprovechando su relación familiar. Para amedrentarlas les tapaba la boca, les golpeaba y amenazaba. Asimismo también amenazaba con matar a sus padres si contaban lo ocurrido a alguien.En ambos casos las violaciones se prolongaron hasta que las menores tuvieron sus primeras menstruaciones.

La primera violación

En el caso de su prima también comenzó presuntamente a abusar sexualmente de ella cuando ésta tenía ocho años, principalmente cuando los padres de ambos se iban a rezar al Culto y se quedaba a solas con la menor. La primera violación se produjo durante la fiestas de Reyes, cuando su «tito», como la pequeña llamaba al acusado, le pidió que le subiera unos calcetines a la habitación y éste los utilizó para taparle la boca y que no pudiera pedir ayuda mientras la violaba.

Por su parte, el acusado, de 30 años y nacionalidad española, negó durante su declaración haber violado a sus hermanas y a su prima, así como posibles abusos y todo contacto sexual con ellas. Asimismo, manifestó que la relación con ellas era buena y atribuyó la denuncia a cuestiones económicas. Según su versión, la herencia de una casa que su padre le habría dejado a él fue lo que motivó que sus hermanas lo denunciaran.

No obstante, este aspecto quedó en entredicho cuando las propias víctimas renunciaron a cualquier tipo de indemnización económica. «Que se quede con la casa y con todo, solo queremos que pague por lo que hizo», manifestaron. De igual modo las circunstancias en las que se destaparon los hechos en 2007 refrendan esta ausencia de intereses espurios. Fue el tío del acusado quien al escuchar casualmente una conversación de su hija, donde contaba parte de lo ocurrido, descubrió lo que había vivido y denunció los hechos. Para las dos hermanas del acusado, que durante mucho tiempo guardaron silencio sobre su pesadilla, la denuncia de su prima y el hecho de no convivir ya con su presunto agresor les dio la fuerzas necesaria para denunciar aquello que incluso sus progenitores trataron de tapar.