La Audiencia de Alicante ha absuelto al marinero de un buque de la Armada acusado de haber violado a una compañera durante una escala del barco en el Puerto de Alicante, según la sentencia a la que ha tenido acceso éste diario. La Sección Primera no ha encontrado probados los hechos denunciados por la víctima, ya que la única prueba que había era su declaración, sin que haya otros datos periféricos que avalaran su versión. El acusado había admitido que tuvo una relación sexual esa noche con su compañera, pero adujo que fue consentida. Por su parte, la mujer sostenía que, mientras dormía, el acusado se metió en su litera y la violó. Ante la palabra del uno contra el otro, el fallo valora especialmente la declaración de la compañera del camarote de la víctima que estaba a escosos metros de la pareja esa noche y que no vio indicios de agresión sexual alguna. El fallo recuerda que la testigo declaró que tuvo que llamarles la atención para que la dejaran dormir y al final se tuvo que ir a otro sitio.

Los hechos ocurrieron el 27 de octubre de 2014 durante una escala del barco de la Armada Contramaestre Casado en el Puerto de Alicante. La tripulación del barco disfrutó ese día de un permiso, por lo que varios miembros de la tripulación estuvieron de copas en pubs del centro de Alicante. La mujer y el acusado coincidieron en el grupo y estuvieron tomando copas, hasta que ella decidió volver al barco para dormir hacia las tres de la madrugada.

El fallo declara probado que el acusado regresó a bordo sobre las cinco de la madrugada y se fue al sollado femenino con el propósito de tener relaciones con la mujer. En el camarote en ese momento se encontraban la denunciante y la otra testigo que esa noche no había salido porque a la mañana siguiente se tenía que levantar a las siete de la madrugada porque tenía guardia. Las dos se encontraban durmiendo en literas diferentes a dos metros una de la otra y con las cortinas de separación corridas. El acusado se equivocó en un primer lugar y trató de introducirse en la otra cama, y la mujer que allí estaba le dijo que la compañera a la que buscaba estaba en la otra litera.

El fallo relata que el acusado se fue a la otra cama y que permaneció en ella por espacio de una hora. La compañera de habitación tuvo que irse a dormir a otro sitio porque no podía dormir a causa de los golpes de la litera porque la pareja estaba teniendo relaciones sexuales. Durante ese tiempo la compañera les llamó la atención varías veces para que la dejaran dormir, sin resultado y sin que ésta viera nada anormal que le hiciera entender que ambos estaban manteniendo una relación no consentida, continúa relatando el fallo.

La Fiscalía pedía siete años de cárcel y la acusación particular diez, pero la Audiencia no ha observado prueba alguna que permita fundamentar una condena. El fallo subraya que en este proceso había una testigo totalmente imparcial, compañera del agresor y la víctima. Según los magistrados, su declaración desvirtúa las acusaciones y que llegó a decir que no se creyó lo que ella decía cuando ésta le contó dos días más tarde que esa noche había sido violada.

La sentencia valora que la credibilidad de esta testigo tiene una credibilidad superior a la de los propios afectados, «al tratarse de una situación comprometida y delicada para ambos». En este sentido, la resolución recuerda que las relaciones sexuales entre la tripulación estaban prohibibidas reglamentariamente y que ambos tenían pareja en el momento de los hechos.

Alternativamente, la Fiscalía había pedido una condena por abuso sexual, ante la posibilidad de que el acusado pudiera haberse podido aprovechar del estado de embriaguez de la denunciante para consumar la relación. Sin embargo, la sala considera «sumamente endeble» la base probatoria para mantener la acusación, al valorar que la propia víctima aseguró que esa noche no estaba borracha, aunque había tomado unas cervezas.

El fallo señala que los forenses no encontraron lesiones de ningún tipo en la víctima y el trastorno adaptativo que se le diagnosticó a la víctima «puede obedecer a múltiples causas, no necesariamente a una agresión sexual».