Las antiguas trabajadoras de un colegio privado de Alicante que denunciaron a un compañero por agresión sexual y abusos sexuales ratificaron ayer sus acusaciones contra él durante la segunda sesión del juicio por estos hechos. Una jornada en la que además de las denunciantes, también ha declarado personal del colegio para exculpar al acusado y negar que éste acosara a sus compañeras en el trabajo.

El procesado que está casado con la directora del centro aunque ya no trabaja en él, negó el lunes durante el interrogatorio las acusaciones y las atribuyó a una «venganza» urdida por las denunciantes al saber que iban a ser despedidas. Los supuestos abusos ocurrieron entre los años 2010 y 2011, en un colegio El Valle de la Playa de San Juan, donde el sospechoso ejercía como monitor de piscina.

Según la Fiscalía, el procesado violó el 17 de diciembre de 2010 a una de ellas tras la comida navideña de empresa, después de pedirle que le llevase en coche a casa y hacerla parar en una zona deshabitada. El acusado admitió el lunes que ambos mantuvieron relaciones sexuales, pero plenamente consentidas por su compañera.

La víctima declaró ayer que el acusado la forzó, tras abalanzarse sobre ella en el interior del vehículo. «Le dije que no quería, intenté apartarlo de mí pero no pude», precisó en el interrogatario. Según su versión, ocultó inicialmente ese episodio, cuando denunció, en enero de 2012, al marido de su jefa por seguir acosándola en el colegio, porque tenía «miedo» y pensaba que podría «olvidarlo y superarlo sola».

La segunda denunciante ratificó también que su compañero le tocó los pechos en una ocasión, después de insinuarse a ella con frecuencia, de pedirle el teléfono y de invitarla a salir.

«Me llamaba muñeca y me obligaba a bailar con él. No denuncié antes porque tenía miedo a quedarme sin trabajo. Él no era un compañero cualquiera. Era el marido de la directora, pero era imposible trabajar así y al final tuve que pararle los pies», indicó.

Esta monitora fue despedida en enero de 2012, días antes de denunciar a los presuntos abusos sexuales, y el colegio tampoco renovó el contrato a la otra chica, que se encontraba de baja, el siguiente curso.

Ambas denunciantes sufren un trastorno de estrés postraumático crónico, la una, y un trastorno adaptativo, la segunda, según informes forenses, ejercen la acusación particular en este procedimiento y reclaman sendas indemnizaciones.

Ayer también declaró personal del colegio para respaldar al compañero denunciado y negar que éste se dedicara a acosar sexualmente a sus compañeras de trabajo. Estos testigos aseguraron que nunca le vieron propasarse con sus compañeras y achacaron la denuncia a una represalia por el despido de las dos denunciantes.

El juicio proseguirá durante toda esta semana hasta el próximo viernes con las declaraciones de numerosos testigos, en su mayoría trabajadores del colegio, y los peritos. El viernes quedará visto para sentencia.