El antiguo monitor de un colegio privado de Alicante ha negado hoy, durante un juicio celebrado en la Audiencia de esta provincia, haber violado a una compañera de trabajo y ha asegurado que ella consintió en mantener esas relaciones sexuales.

El procesado ha negado asimismo haber abusado sexualmente de dicha mujer y de otra empleada del centro y ha atribuido la denuncia de ambas a una "venganza".

La fiscalía pide provisionalmente para él penas que suman diez años de prisión por un delito de agresión sexual y dos delitos de abusos sexuales de carácter continuado.

Los hechos ocurrieron entre 2010 y 2011 en el colegio El Valle, situado en la Avenida de la Condomina de Alicante, donde el sospechoso, que era marido de la directora, ejercía como monitor de piscina.

Según la versión del ministerio público y de las perjudicadas, que están personadas en el proceso como acusación particular, el acusado violó presuntamente el 17 de diciembre de 2010 a una de ellas, que era monitora de guardería y, más tarde, auxiliar de vestuarios.

Supuestamente, tras la comida de empresa con motivo de las Navidades, le pidió que le llevase en coche casa, le hizo detenerse en una zona poco habitada del Cabo de las Huertas, se abalanzó sobre ella y la penetró vaginalmente en contra de su voluntad.

El procesado ha negado esa versión para sostener que las relaciones sexuales que ambos mantuvieron fueron plenamente consentidas por su compañera.

"Ella me hizo una felación, luego se quitó las medias y las bragas, se sentó encima de mí e hicimos el amor", ha declarado a preguntas de su abogado.

El implicado ha negado que siguiera insinuándose a esa compañera en los meses posteriores, así como realizándole tocamientos y pidiéndole que se convirtiera en su amante.

Del mismo modo, ha rechazado que tocara los pechos y el culo y se insinuara a otra trabajadora que ejercía como asistenta infantil en los vestuarios del centro entre noviembre de 2011 y enero de 2012, como afirman las acusaciones.

Ese último mes, ambas trabajadoras, que sufren un trastorno de estrés postraumático crónico, la una, y un trastorno adaptativo, la segunda, según informes forenses, fueron despedidas del colegio.

"Es todo mentira. Creo que es una venganza en contra de mi familia y de mis hijos porque las iban a despedir. Ya les habían llamado la atención porque no hacían su trabajo adecuadamente y me cogieron de cabeza de turco", ha alegado el acusado.

Su abogado ha explicado en la sala que la presunta agresión sexual no figuraba en la denuncia original y fue desvelada un mes y medio después, ya ante el juez instructor de la causa, por la afectada.

El tribunal ha denegado a la defensa la práctica de los informes periciales psicológicos que ha solicitado esta misma mañana por considerar esa petición extemporánea.

El juicio continuará mañana con las declaraciones de las afectadas y otros testigos, en su mayoría trabajadores del colegio.