La Audiencia de Alicante ha confirmado la condena a 18 años y 6 meses de prisión que aceptó el pasado mes de septiembre, durante un juicio, un pederasta reincidente por abusar sexualmente de dos menores, intentarlo con otros dos y fotografiar desnudo a un quinto.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, fija sin embargo el cumplimiento máximo de esas penas en 15 años y obliga al condenado a pagar 9.400 euros en indemnizaciones.

El pederasta, Antonio Rojo, de 73 años, ya había sido condenado en 1997 a un total de 96 años de cárcel (con un límite de 30) por ocho delitos de violación cometidos contra menores de 12 años.

El recluso fue excarcelado en noviembre 2013, en aplicación de las redenciones de pena que contemplaba el anterior Código Penal.

El pederasta reincidió a partir del verano de 2015 con otras cinco víctimas, tal y como él mismo admitió al refrendar íntegramente el escrito de acusación de la fiscalía.

La primera de sus víctimas fue un menor de 15 años con una discapacidad mental al que agasajó con diversos regalos, como una tostadora, una estufa o dos teléfonos móviles.

También le entregó pequeñas cantidades de dinero en efectivo, de entre 5 y 20 euros, y le recargó las tarjetas prepago de su móvil.

De esta manera, consiguió que acudiera de dos a tres veces por semana a su domicilio, en la calle Inmaculada del Pla de Alicante, donde, presuntamente, le fotografió y realizó tocamientos, masturbaciones y felaciones.

El adolescente presenta actualmente indicadores de un trastorno por estrés postraumático, depresión y ansiedad, por los que será indemnizado con 9.000 euros.

El pederasta también abusó en enero de 2016 de otro niño, en este caso de 12 años, al que había conocido en un parque y comenzó a obsequiar con refrescos y patatas fritas.

Tras llevarlo a su domicilio, le tocó el pene varias veces, mediante engaños, tras decirle que podría mantener relaciones sexuales con unas chicas que eran vecinas suyas.

Del mismo modo, trató de mantener encuentros sexuales con otros dos menores, de 14 y 16 años, a los que conoció en diferentes redes sociales entre diciembre de 2015 y febrero de 2016.

En ambos casos, siempre según su propia confesión, obtuvo fotografías de las víctimas desnudas y de sus órganos sexuales, tras prometerles regalos y dinero, pero no logró sus propósitos.

Por último, fotografió en actitudes sexuales a un niño de 6 años que estaba pasando unos días de vacaciones en su casa.

Ese pequeño era hijo de la pareja de un amigo suyo a quien había conocido en la cárcel de Valdemoro (Madrid) y con el que el reo había mantenido una relación sentimental.

La Sección Segunda de la Audiencia le considera autor de cinco delitos de abusos sexuales, corrupción de menores e inducción a la prostitución y le ha impuesto también cinco años de libertad vigilada.

Aunque Antonio Rojo se conformó con la pena tras un acuerdo entre su abogado y la fiscalía, la sentencia dictada ahora puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).