Un sargento que ejerce de jefe del puesto de la Guardia Civil en Callosa d'en Sarrià negó ayer durante un juicio que hiciera la vista gorda con un alijo de marihuana incautado por la Policía Local y atribuyó la acusación al «odio» de un subordinado. «Llevo 24 años en la Guardia Civil y jamás he dejado de tramitar un atestado ni una infracción administrativa», dijo el acusado ante el tribunal que le juzga en la Audiencia de Alicante. El fiscal solicita inicialmente para él un año de inhabilitación por omisión del deber de perseguir delitos. El juicio no finalizará hasta dentro de unos días por la ausencia de un testigo, en concreto el agente que denunció los hechos.

El ministerio público sostiene que el sargento no dio curso en 2011 a un atestado por unas plantas de marihuana que había presentado en el cuartel de la Benemérita la Policía Local de Callosa d'en Sarrià.