La Guardia Civil de València centra una de sus líneas de investigación en delimitar las rutas de recogida de basura de València y su área metropolitana para intentar ubicar el contenedor -o al menos el barrio- al que fue arrojada la recién nacida cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en la madrugada de ayer en la planta de selección que la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (Emtre) tiene en Manises.

A partir de la estimación del forense que acudió al lugar, quien determinó que la pequeña no llevaba más de tres horas muerta, y el momento en que el trabajador paró la cinta transportadora al ver que había una bolsa que contenía lo que parecía un bebé, la Guardia Civil estima que pudo ser arrojada a un contenedor entre las 22.30 y las 0.30 horas. Ahora, se trata de intentar acotar al máximo posible qué camiones descargaron a partir de la medianoche y hasta el hallazgo -sobre las 3.30 horas- para delimitar las rutas y la procedencia. La planta de Manises recibe residuos urbanos de varios barrios del norte de València, así como de numerosos municipios del área metropolitana. Los investigadores del grupo de Homicidios ya han solicitado a la Emtre un informe de esas rutas para intentar localizar el punto en el que fue arrojada, aunque es una misión casi imposible, ya que, a su llegada a la planta, los camiones arrojan toda la basura recogida como genérica en un único montón, donde las excavadoras la remueven antes de ir situándola sobre las cintas de clasificación.

Se trata de una niña que aún conservaba el cordón umbilical y que, según el forense, nació a término y en perfecto estado de salud, con un peso aproximado de unos tres kilos. Tiene rasgos europeos, pero aún es aventurado establecer una posible nacionalidad u origen de los padres.

Autopsia en dos fases

Los forenses iniciaron ayer mismo el estudio forense del cuerpo, pero de esa primera exploración únicamente se ha podido determinar que presenta golpes, aunque falta por saber si alguno de ellos le causó la muerte o si únicamente son producto de la manipulación del contenedor y su contenido, que pasó por el camión, la tolva de vaciado y la cinta transportadora.

La niña había sido introducida en una bolsa de basura antes de ser arrojada al contenedor, y hasta que no concluya la autopsia, mañana, sábado, no se podrá saber si cuando se deshicieron de ella aún estaba con vida o si -lo más probable- la mataron antes.

Durante el estudio forense se le extraerá ADN del cordón umbilical que se comparará con la base de datos policial, aunque si la madre no tiene antecedentes o no está en ese registro, la prueba genética no permitirá su identificación. Además, la Guardia Civil comprobará si la mujer acudió durante el embarazo a alguna consulta de ginecología.

El hermetismo entre los trabajadores, quienes recibieron instrucciones de la empresa de no hablar con los medios de comunicación, se apoderó ayer de la planta de tratamiento de residuos. Pese a ello, algunos no podían evitar comentar a su salida el hallazgo de la recién nacida.