La Fiscalía ha pedido esta mañana penas que suman quince años de cárcel para cada uno de los dos acusados del asalto a una vivienda en la Playa de San Juan de Alicante. Durante el robo, ocurrido el 27 de junio de 2014, un padre y su hijo fueron sorprendidos por los asaltantes, que treparon hacia su casa con una escalera. Las víctimas fueron maniatadas mientras los ladrones, que iban encapuchados desvalijaban la vivienda. El padre fue golpeado mientras gritaba pidiendo ayuda. El juicio ha quedado visto para sentencia esta mañana en la Sección Décima de la Audiencia de Alicante. La fiscal ha mantenido las penas solicitadas por los delitos de robo con violencia, detención ilegal y una falta de lesiones. Las defensas han pedido la nulidad de la investigación, basada en las escuchas telefónicos y los restos genéticos hallados en la vivienda y que se correspondía con los de los acusados.

Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la madrugada del 27 de junio de 2014. Padre e hijo se encontraban durmiendo en la vivienda, sita en un primer piso de una urbanización de la zona próxima al campo de golf. Los asaltantes usaron una escalera con la que llegaron al balcón del dormitorio. Cuando el padre escuchó ruidos, subió la persiana y se encontró con dos personas encapuchadas que le dieron golpes en el rostro y le lanzaron al suelo. La víctima empezó a pedir ayuda, pero los dos asaltantes incrementaron la violencia de los golpes y le pusieron un cuchillo en el cuello, según relata el escrito de acusación de la Fiscalía a la que ha tenido acceso este diario. Los asaltantes empezaron a amenazar al hombre con matar a su hijo y tras atarle con unas bridas, le exigieron que les dijera dónde estaba el dinero y las joyas.

En ese momento, el niño entró en el dormitorio, que también fue atado. Los dos fueron encerrados en una habitación, mientras los dos asaltantes, acompañados de una tercera persona que no ha sido identificada empezaron a llevarse de la casa dos relojes, unos gemelos, un rosario de plata, 2.000 euros en efectivo y documentación. En un trastero de la casa, se llevaron dos cuadros. El valor de todo lo robado ascendía a 7.564 euros. Los acusados dejaron al hombre y a su hijo encerrados en la habitación, quitándoles las tarjetas SIM de sus teléfonos móviles y dejando la puerta de la vivienda cerrada con llave. La Policía los rescató a las 6.44 horas y ambos pudieron salir de la casa por el balcón con ayuda de los Bomberos.

Aunque iban con el rostro oculto con un pasamontañas, la Policía localizó a los acusados por los restos biológicos que dejaron en la casa, tanto de huellas, como de ADN. Asimismo la investigación se apoyó en escuchas telefónicas. Las defensas pidieron la nulidad de todas estas pruebas alegando la vulneración de derechos fundamentales de los acusados. Los dos se acogieron a su derecho a no declarar.