«Le dije que no quería, pero me cogía la cabeza una y otra vez para que se la chupara», relató ayer la adolescente que fue violada presuntamente por tres jóvenes durante las fiestas de carnaval de un municipio de la Serranía en febrero de 2016, cuando apenas tenía doce años de edad. Por su parte, los tres acusados negaron haber abusado sexualmente de la víctima y alegaron que desconocían que se trataba de una menor de edad, durante el juicio celebrado ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València.

Uno de ellos, y principal encausado, que se enfrenta a una pena de quince años de cárcel por un delito de agresión sexual sobre persona menor de trece años, reconoció haber tenido sexo con la denunciante, pero insistió una y otra vez en que en ningún momento la víctima le pidió que parara. No obstante, reconoció que tampoco le dijo expresamente que «sí» quería. «Con su comportamiento insinuó que quería chupármela, hay cosas que no hace falta hablarlas», argumentó ante la Sala el presunto agresor como si ello le eximiera de responsabilidad alguna.

Al tratarse de una niña de doce años, estuviera o no más desarrollada como así trató de hacer ver la defensa de los acusados, los hechos serían constitutivos de delito, más aún cuando medió violencia, como así sostiene la Fiscalía y la acusación particular. Además, la pena solicitada por éstas se agrava al «haber introducción de miembros corporales», ya que la víctima aseguró en su declaración, tras un biombo para no tener que enfrentarse nuevamente a las miradas de sus presuntos agresores: «Eran muchas manos, me metieron los dedos dentro de mí, lo sé porque me dolió».

Subió al coche voluntariamente

Los hechos ocurrieron en torno a las doce y media de la noche del 7 de febrero de 2016 cuando los tres amigos, que iban con un uniforme naranja disfrazados de presidiarios, se encontraban en el exterior de un vehículo de uno de ellos en un céntrica calle de un municipio de la Serranía, cuyo nombre omite este periódico para preservar el anonimato de la menor, donde se estaban celebrando los carnavales.

La menor pasó junto a unas amigas, y al quedarse a solas, ya que éstas se marcharon a hablar con unos conocidos, les preguntó: «¿Y ahora qué hago yo, me quedo sola?», según recordó ayer en el juicio. «Me hablaron muy educadamente y parecían simpáticos», explicó la víctima sobre los motivos por los que se subió voluntariamente al vehículo con los tres jóvenes.

Según la menor, que ahora tiene quince años, nada más subirla la colocaron entre los dos asientos delanteros y comenzaron a manosearla. La defensa de los acusados sacó a relucir unas contradicciones respecto a sus declaraciones en instrucción, donde aseguró que los besos y tocamientos eran en un ambiente de «risas y cachondeo». No obstante, la acusación señaló que fueron los propios acusados quienes se reían y burlaban de ella por su olor.

La adolescente trató de escapar del coche pero estaban los pestillos cerrados, según recordó. Después el menor de ellos y la víctima se quedaron a solas fuera del vehículo, donde le hizo una felación, pese a que ella se negó en todo momento, según sostiene la agredida. Los tres jóvenes alegaron también como atenuante que habían bebido mucho esa noche.