¿Ha confesado el crimen el hombre acusado de matar de once puñaladas a su mujer en Benidorm? Durante el juicio, ha asegurado que no recuerda nada de lo ocurrido desde el momento en que comenzó la discusión. La defensa considera que sí confesó y ayer planteó al jurado que se le debería rebajar la pena por este motivo, ya que, argumentó, éste admitió ante los policías que llegaron a la casa en los primeros momentos tras las cuchilladas que había matado a su mujer y que se intentó suicidar.

Ha sido el único momento en que dio una explicación de lo ocurrido. En posteriores declaraciones ante el juzgado ha dicho que no recordaba nada. La petición de la defensa contó con el rechazo de las acusaciones, que consideran que la actitud del acusado nunca ha sido la de colaborar con la Justicia, ni ayudar a esclarecer los hechos.

El crimen ocurrió el 12 de abril de 2016 en el domicilio familiar. Francisco José M. M.,de 51 años, está acusado de matar a puñaladas a su esposa. Después intentó cortarse el cuello con el mismo cuchillo, herida que le causó una lesión medular que le tiene confinado en una silla de ruedas. Desde el lunes, un jurado popular juzga en la Audiencia Provincial este crimen de violencia machista. La vista oral entró ayer en su recta final con los informes finales de las partes y hoy el jurado comenzará a deliberar el veredicto.

La Fiscalía mantuvo ayer la petición de 24 años de cárcel para el acusado por un delito de asesinato, mientras que la acusación particular que ejerce la hija de la mujer asesinada pide 25 años. También están personados como acusación la Abogacía del Estado y de la Generalitat. Por su parte, la defensa planteó la absolución por falta de pruebas y, alternativamente, que se le condene por homicidio, no por asesinato ya que considera desproporcionadas las penas que reclaman las acusaciones. Asimismo sostiene que hay atenuantes por embriaguez y por confesión. Todas las acusaciones rechazaron ayer estas atenuantes.

La Fiscalía defendió que el crimen se trataba de un asesinato en el que la víctima no tuvo posibilidad alguna de poder defenderse. Acorralada en el dormitorio, sin poder escapar por una persona más corpulenta que ella. Así describió la fiscal la escena del asesinato en su alegato final. La víctima se disponía a salir al Centro de Desarrollo Turístico (CDT) de Benidorm a recoger el diploma del curso de hostelería que había acabado para tratar de buscarse un futuro laboral que le permitiera no depender económicamente de su marido. Una de las puñaladas la alcanzó en el corazón y le produjo la muerte inmediata.

El Ministerio Público subrayó que el acusado nunca ha reconocido el crimen, aunque de algunas de sus declaraciones se deduce una confesión implícita. «Yo no busqué esta situación», «no podía más», «uno no se levanta pensando que va a hacer esto», dijo la fiscal parafraseando algunas de las manifestaciones del acusado durante el juicio. La acusadora también subrayó la «memoria selectiva» del procesado, que recuerda perfectamente unos hechos y en cambio dice no recordar nada de aquellos otros que le perjudican.

La acusación particular entiende que el número de puñaladas indica que hubo intención de prolongar el sufrimiento de la víctima, por lo que elevó su petición de 24 a 25 años por entender que hubo ensañamiento.

Atenuantes reclamadas

La defensa incidió en el hecho de que cuando la Policía llegó a la vivienda, el acusado dijo espontáneamente a uno de los agentes que había matado a su mujer y que se intentó suicidar. «El policía , que no sabía nada de lo que había ocurrido en la casa procedió a detenerle y a leerle sus derechos», insistió, motivo por el que entiende que es una atenuante que le debería reducir la pena. También insistió en que el acusado estuvo bebiendo la noche anterior y esa mañana se tomó cerveza antes de los hechos.

Asimismo consideró que el delito no sería un asesinato sino un homicidio. «Hay testigos que oyen los gritos de la discusión», dijo, con lo que indició en que se trató de una pelea entre los dos y no un ataque inesperado. El abogado insistió en que la mitad de las once puñaladas fueron superficiales y había una herida que los forenses consideraban defensiva. De todos modos, su petición principal es la absolución por falta de pruebas, ya que se desconoce qué ocurrió en la vivienda y en el cuchillo no se encontraron huellas dactilares.