Los niños, las víctimas más inocentes de la violencia machista, se convierten en demasiadas ocasiones en el objetivo de los maltratadores, quienes tratan de causar un daño añadido a su pareja acabando con la vida de aquello que más quieren, sus hijos. Así, guiados por un odio y crueldad extrema, no dudan en asesinar a sus propios vástagos para de esta forma matar en vida a la madre. El último caso ocurrido en Castellón es una muestra de ello pero, por desgracia, no se trata de un hecho aislado.

En los últimos 18 años un total de catorce menores han sido asesinados en la Comunitat Valenciana por sus padres, compañeros sentimentales de sus madres u exparejas de éstas. En algunos de estos casos el asesino machista ha terminado también quitándose la vida, como en Castellón, arrojándose al vacío desde un quinto piso tras degollar a sus dos hijos de nueve y once años, como ocurrió en febrero de 2002 en Benidorm. Y en otros se han llevado por delante también a sus mujeres u exparejas como en Elche, donde en abril de 2005 un hombre de 36 años asesinó a martillazos a sus dos hijos, de dos y seis años, y a su esposa mientras dormían.

Esta negra lista de niños asesinados por la lacra machista comienza en noviembre de 2001 cuando todavía no se planteaba si quiera que la acción homicida fuera producto de la violencia ejercida contra la mujer. La localidad valenciana de Tuéjar fue entonces escenario de un brutal crimen. José Rubio acabó a cuchilladas con su mujer y sus tres hijos; de cinco, siete y once años. El cuádruple asesino fue condenado a 65 años de cárcel, aunque acabó ahorcándose cuatro años después en su celda de la prisión.

El último caso reciente, anterior al ocurrido ayer en Castelló, se produjo en Alzira donde Laurentiu Mihai, de 28 años, degolló a su propia hija como venganza contra su esposa, según él mismo confesaría después a la policía. La madre, víctima de malos tratos, se dirigía a interponer la primera denuncia contra su maltratador. Fue demasiado tarde.

En octubre de 2013 otro asesino machista mató a su hijo de diez años y a su mujer en Vila-real para después suicidarse. Idéntica edad tenía el menor asesinado de 18 cuchilladas por el compañero sentimental de su madre en Torrevieja en mayo de 2015. Ese mismo año, en la Vila Joiosa otro hombre separado acabó con la vida de su hijo de siete años, de su hijastra de catorce y de su madre, de 66. Tras matarlos provocó una explosión con gas butano.