La Fiscalía reclama penas de hasta diez años de cárcel para los tres acusados de pertenecer a una banda que se dedicaba a reventar cajeros automáticos con explosivos en diversas localidades de la provincia de Alicante, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. El juicio tenía que haberse celebrado ayer en un juzgado de lo Penal de Alicante pero tuvo que suspenderse al renunciar a la defensa uno de los acusados. La magistrada ha dado dos días a este acusado para designar nuevo letrado. La vista oral ha vuelto señalarse para el próximo mes de noviembre, mientras los tres procesados se encuentran en prisión preventiva.

A los tres se les acusa de tres robos, algunos no consumados, con el mismo modus operandi en sucursales bancarias entre agosto y octubre de 2017 en la Playa de San Juan de Alicante, Rojales y El Altet. Los acusados son dos hermanos, que se culpan el uno al otro de su implicación en los hechos y un tercero que era el dueño del vehículo utilizado para cometerlos.

La Fiscalía les acusa de los delitos de organización criminal, robo con fuerza, falsedad en documento oficial y tenencia de explosivos.

El primero de los robos que se les acusa se produjo en una sucursal del Banco de Santander en la Playa de San Juan en pleno mes de agosto de 2017, concretamente la madrugada del día 3. La explosión causó numerosos daños materiales y en ella los restos del cajero salieron despedidos hasta 28 metros de distancia.

Los acusados estaban afincados en Santa Pola y con las placas del vehículos de uno de ellos modificadas se iban desplazando entre distintas localidades para cometer sus golpes, según la acusación. La banda seleccionaba sus objetivos y luego «preparaba, almacenaba, fabricaba y guardaba» artefactos explosivos con los que reventaban los cajeros y se hacían con el dinero que había en el interior del dispensador. En el robo cometido en la Playa de San Juan, los daños ascendieron a cerca de 57.000 euros, mientras que el botín fue de 9.500.

En la sucursal de Rojales, el 18 de octubre causaron daños en el dispensador de billetes mientras violentaban la ranura, sin llegar a colocar el dispositivo. Asimismo, el día 24 de octubre violentaron otro cajero en la localidad de El Altet. La explosión llegó a esparcir los restos hasta 32 metros de distancia y causó numerosos daños materiales, pero los asaltantes no lograron el dinero porque los billetes quedaron esparcidos en el suelo en el interior de la oficina.