Vivían con miedo. Los padres del acusado del triple crimen descubierto el pasado fin de semana en el barrio alicantino de Juan XXIII Segundo Sector declararon a la Policía que el comportamiento de su hijo era muy impredecible y violento y que constantemente amenazaba de muerte a su padre, según consta en la denuncia presentada el pasado julio en la Comisaría. Como ya publicó este diario, en el momento del juicio rápido los padres le perdonaron y se retiró la acusación.

El juzgado de guardia de Alicante decretó ayer el ingreso en prisión comunicada y sin fianza del sospechoso del triple crimen por matar a su hermano y a sus padres tras una discusión. El resultado de las investigaciones determinará si el acusado del triple crimen va al banquillo por delitos de homicidio o de asesinato. De momento, la Fiscalía está valorando la posibilidad de que al menos las muertes de los padres sean asesinato, delito que conlleva unas penas más severas que las del homicidio.

Tras haberse negado a declarar en Comisaría tras su arresto, alegando que no recordaba de lo ocurrido, ayer tampoco quiso manifestar nada ante el juez. La comparecencia ante el juzgado de guardia se desarrolló en apenas cinco minutos. El abogado de la defensa, Manuel Vives, pedirá que el acusado sea reconocido por un forense para determinar cuál es su estado mental y si tiene algún problema psiquiátrico que le haga inimputable por estos hechos. Francisco Javier M. B. tiene numerosos problemas de adicción a las drogas, pero, en la lista de antecentes penales que le consta, no hay ninguna referencia a su estado psiquiátrico, a pesar de que está tomando medicación por una enfermedad mental.

Según indicaron fuentes cercanas al caso, los antecedentes por malos tratos y violencia familiar no se limitan a los hechos de este verano. Las primeras denuncias se remontan al año 1992 y se han ido presentado otras a lo largo de este tiempo. A la Comisaría de Alicante, le constan hasta 16 detenciones de Francisco Javier M. B. anteriores al asesinato. Algunas han sido por delitos relacionadas con malos tratos a sus familiares, aunque también otras por delitos de robos con violencia.

Móviles por droga

La discusión con los padres que motivó la detención del pasado julio fue que los padres recriminaron a su hijo que estuviera vendiendo efectos de la casa para comprar drogas sin su consentimiento y que había empeñado dos teléfonos móviles. Los padres denunciaron que su hijo se había puesto violento y que le dijo a su padre que le iba a cortar el cuello. Según esta denuncia, su carácter era «impredecible y muy violento» aunque salvo por empujones y forcejeos nunca habían desembocado en una agresión física.

Los tres cadáveres fueron encontrados la madrugada del sábado después de que el presunto homicida llamara al servicio de Emergencias 112 para alertar de lo ocurrido, aunque el sangriento suceso tuvo lugar el mediodía del jueves. La hipótesis que se baraja es que el presunto homicida tuvo una fuerte discusión con su hermano que terminó a cuchilladas. Fuentes cercanas al caso indicaron que el hermano, Alejandro M. B. de 42 años de edad, presentaba cerca de una treintena de puñaladas, algunas de ellas cortes causados cuando trataba de repeler la agresión. Posteriormente, el sospechoso habría esperado a que sus padres llegaran a la vivienda por separado para acabar tambien con sus vidas. José M.M. y Encarnación B.,S. de 71 y 68 años, recibieron al menos once puñaladas cada uno y sin apenas tiempo para poder defenderse.

La Fiscalía calificó ayer alternativamente ante el juzgado estas dos últimas muertes como un delito de asesinato, a la espera de cómo se desarrolle la investigación y si se acredita que los padres sufrieron un ataque inesperado de su agresor que anuló cualquier posiblidad de que pudieran defenderse.