La Guardia Civil se ha incautado de 45 toneladas de atún congelado en Alicante, Cartagena, A Coruña y Barcelona que se vendía como fresco pese a que sólo se podía destinar a conserva, cuadruplicando su valor. Hay cuatro investigados como presuntos autores de un delito contra la salud pública, fraude a los consumidores y falsedad documental. La operación, en colaboración con Interpol y Europol, la inició la Comandancia de Alicante. Los barcos utilizados no disponían de un sistema de congelado por inmersión en salmuera adaptado a la nueva legislación, según la cual el pescado debe ser congelado a temperaturas inferiores a -18º C. Estos barcos, dedicados a abastecer a empresas conserveras, destinaban el sobrante de las capturas al mercado clandestino. Varias distribuidoras compraban este atún a un precio muy por debajo del valor para capturas frescas.